Una despedida por todo lo alto
El último día del festival también fue bastante importante y tuvo una programación de miedo. A las 12:00 horas se proyectó en una sesión matinal en Agente 007 contra El Dr No (1962), de Terence Young por su 60 aniversario, con presentación del crítico de cine y periodista David Felipe Arranz.
Se exhibió el documental Endless Cinema (2019), de Lucía Tello, con presentación de la propia directora, a las 17:00 horas.
Al final no pudo proyectarse El padrino (1972), de Francis Ford Coppola por su 50 aniversario. Pero pudimos disfrutar a las 19:00 horas de un debate bastante interesante en el que participó el periodista Moisés Rodríguez, presentador de Secuencias en 24 horas del Canal 24 horas de Radio Televisión Española.
Los tres actos tuvieron lugar en el Cine Capitol (Filmoteca de Albacete), un lugar fascinante para reunirse cinéfilos y amantes del cine en general. Me sorprendió favorablemente el trato personal tan exquisito que me dieron todos sus trabajadores durante los días que estuve en el festival.
David Felipe Arranz, el periodista imparcial
Licenciado en Filología Hispánica, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Periodismo, para David Felipe Arranz el cine es una caja de resonancia maravillosa que amplifica tus propios sentimientos. Ejemplo del periodista contemporáneo, David Felipe lucha incansablemente por dignificar su profesión y define su apasionada carrera profesional como «incómoda para los mediocres». El vallisoletano se inclina por hacer un periodismo «imparcial» que deja para las páginas de opinión la defensa de posiciones ideológicas, para aportar una visión realista de la sociedad. Todos los periodistas tienen sus propios puntos de vista. No es nada fácil ser imparcial. Resulta muy complicado ser justo y objetivo con las audiencias. Sin embargo, David Felipe es el prototipo del periodista ecuánime, equitativo y equilibrado, que tantas veces se echa en falta en la gran mayoría de los medios de comunicación, porque practica un periodismo responsable e independiente de todos los poderes. No hay peor tentación para la prensa que funcionar en el vacío y sin límites. Y David Felipe nunca cae en ella. Su prestigio se lo ha ganado en un país en el resulta casi imposible ser libre e independiente que se impone a sí mismo una regulación ética en este juego de máscaras que oculta el deseo del poder político de controlar la prensa libre e independiente.
David Felipe Arranz siempre me ha parecido un cinéfilo empedernido y trabaja para algunas de las editoriales más prestigiosas: Notorious Ediciones, Sílex Ediciones… También ha coordinado títulos como Sean Connery. El hombre que dijo nunca jamás (Sílex Ediciones, 2020), una obra increíble dedicada al primer James Bond cinematográfico. David Felipe es profesor asociado de Periodismo en la Universidad Carlos III, donde imparte las asignaturas de Teoría de la Comunicación Mediática, Estructura del Sistema de Medios y Metodologías de Investigación en Periodismo, profesión que compagina con sus trabajos en los distintos medios de comunicación: radio (dirige y presenta el magacín cultural El marcapáginas en Radio Intereconomía), Prensa (ABC, El Norte de Castilla, El Imparcial, la revista de cine Versión Original), Televisión (Secuencias en 24 horas en el Canal 24 horas de Radio Televisión Española, Cuarto milenio en Cuatro, Vamos a ver y Cuestión de prioridades, ambos en Castilla y León TV). En los últimos meses presenta y dirige el programa Cautivos del mal en Periodista Digital TV (todos los sábados a las 20:00 horas).
David Felipe Arranz fue galardonado en 2021 con el prestigioso Premio Internacional Sial Pigmalión de Pensamiento 2020 por su obra España sin resolver. Crónicas de la postransición (Grupo Editorial Sial Pigmalión), una obra imprescindible para conocer de primera mano la situación real, sin trampa ni cartón, de lo que está pasando en España, política y socialmente, durante los últimos años. En este libro vas a encontrar muchas de las cosas que los medios de comunicación no quieren que sepas e intentan tapar a la desesperada. España sin resolver aborda las cuestiones más complejas del escenario político nacional e internacional con grandes dosis de ironía, una figura literaria que se echa de menos en la actualidad, y la base de los datos, a lo largo de una década marcada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a Pedro Sánchez, pasando por Mariano Rajoy, asociados por sus ansias de poder. Aunque sus críticas van dirigidas siempre hacia el sistema político y económico, también hay espacio para figuras importantes de clásicos del mundo cultural cuando han sido noticia a lo largo de estos años.
«Me llamo Bond… James Bond»
James Bond es una de las franquicias más antiguas y exitosas de la historia del cine. Basadas en las novelas de Ian Fleming, las películas protagonizadas por el sarcástico y seductor nato agente del servicio secreto británico con licencia para matar dieron su pistoletazo de salida en 1962 con Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No, 1962), de Terence Young.
En la primera película de James Bond, el actor escocés Sean Connery es el encargado de dar vida al personaje británico en la pantalla grande. El agente 007 viaja a Jamaica para investigar la muerte de un jefe de inteligencia británico. Allí conoce a Honey Ryder, la primera chica Bond, interpretada por una espectacular Ursula Andress. Bond también descubre la existencia de una organización malvada conocida como Spectre (o Ejecutivo Especial para Contrainteligencia, Terrorismo, Venganza y Extorsión).
El actor escocés, a través de un personaje tremendamente varonil, irónico y seguro de sí mismo, puso de salida el listón casi inalcanzable para el resto de actores que dieron vida al agente 007 detrás de él. Sin embargo, Sean Connery no fue la primera opción barajada por los productores. La lista de actores que rechazaron el papel de James Bond incluye grandes (y sorprendentes) nombres de la historia del cine como Cary Grant, que se retiró del cine en 1966 a los 62 años con la película Apartamento para tres para dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de su hija. El actor estadounidense de origen británico se veía demasiado mayor para ser James Bond. Y eso que nadie hubiera lucido con más estilo que él los trajes del Agente 007. El motivo de Richard Burton para no convertirse en James Bond fue bien distinto al de Cary Grant: Burton pidió demasiado dinero. Para disgusto del creador del personaje, David Niven tampoco quiso saber nada sobre este proyecto. Ian Fleming consideraba a David Niven como el actor ideal para encarnar a James Bond. Curiosamente, en 1967 Niven interpretó a James Bond en una parodia (Casino Royale) y no en una película oficial de la saga.
Al mismo tiempo, una bellísima y sexy Ursula Andress sale del mar con un bikini blanco para convertirse en uno de los grandes mitos sexuales de los años 60. A pesar de todo, esta película no fue un éxito de taquilla en Estados Unidos (se tuvo que conformar con el puesto 44 en la lista de las películas más taquilleras del año). Aunque en la actualidad está considerada como una de las mejores cintas protagonizadas por James Bond y fue la piedra angular sobre la que se edificó una serie que nos ha cautivado a todos, algunos críticos piensan que la primera entrega del espía al servicio de su majestad parece un poco anticuada y con escenas más propias de una parodia.
Autoría y origen del Tema de James Bond
El Tema de James Bond es el tema musical principal de las películas de James Bond y ha aparecido en todas las películas de Eon Productions Bond desde Agente 007 contra el Dr. No. La pieza se ha utilizado como una fanfarria que acompaña a la secuencia del cañón de la pistola en casi todas las películas de James Bond. En este filme aparece en los títulos de crédito como parte del popurrí y luego en los créditos finales
En 1962, los productores de la cinta: Albert R. Broccoli y Harry Saltzman contactaron con el compositor inglés Monty Norman para que compusiera la banda sonora de la primera película oficial de James Bond. Norman era un reconocido compositor de temas para comedias musicales y su elección se debió principalmente a la admiración que Broccoli le tenía por la música y letra compuesta para la comedia Belle (The Ballad of Doctor Crippen). Para la composición de la música, Norman debió viajar a Jamaica (locación de la película) junto con el resto del equipo de producción para empaparse de la atmósfera local y plasmarla en el film.
Respecto del Tema de James Bond, Norman ha declarado en numerosas entrevistas que tiempo antes de involucrarse en Agente 007 contra el Dr. No, había escrito un primer borrador para la desechada comedia musical Una casa para Mr. Biswas (A House for Mr Biswas). Posteriormente cuando ya estaba trabajando en esta película, tuvo la convicción de que la melodía principal de una de las canciones de dicho borrador, Bad Sign Good Sign, tendría el impacto que necesitaba para utilizarla como tema para James Bond.
Burt Rhodes fue el encargado de los arreglos de la partitura, sin embargo, Norman sentía que se debía recurrir a un orquestador más comercial para hacer los arreglos el tema principal. Varias personas le sugirieron a un joven músico llamado John Barry. Afortunadamente Burt Rhodes no tuvo inconvenientes y Barry hizo una brillante orquestación del tema, demostrando que había sido la elección correcta.
En varias entrevistas John Barry ha señalado que a él se le contrató para hacer los arreglos del tema de los créditos iniciales de Agente 007 contra el Dr. No. Sin embargo, este mismo arreglo se escucha en varias secuencias de la película. Entre ellas la inolvidable escena en el casino donde Sean Connery menciona su inolvidable primera introducción como «Me llamo Bond… James Bond». Después llegaría a componer las bandas sonoras de once películas de James Bond.
Los tribunales han dictaminado dos veces que el tema fue escrito por Monty Norman, a pesar de las afirmaciones y el testimonio de John Barry de que él era realmente el autor del mismo.
Lucía Tello, la periodista que se convirtió en cineasta
A las 17:00 horas se proyectó en el Cine Capitol (Filmoteca de Albacete) el documental seleccionado para los Premios Goya Endless Cinema (2019), de Lucía Tello, con presentación de la propia directora. Endless Cinema tiene como objetivo principal dar a conocer la situación actual del cine y los cambios a los que se enfrenta el séptimo arte. Desde una perspectiva didáctica y a la vez profundamente documentada, Lucía adentra durante 73 minutos al espectador en esta cuestión de la mano de nueve realizadores muy importantes: Agnès Varda, Gonzalo Suárez, Deepa Mehta, Naomi Kawase, Michael Haneke, Apichatpong Weerasethakul, François Ozon, Isabel Coixet y Carlos Reygadas.
Lucía Tello es una de las periodistas más destacadas que tenemos en España, una profesión que compagina con la docencia y la escritura. Ha escrito dos libros imprescindibles para entender los vínculos entre el cine y el periodismo: Diccionario del periodista en el cine español (1896-2010) (Notorious Ediciones) y Hablemos de cine: 20 cineastas españoles conversan sobre el cuarto poder (Editorial PUZ).
Su consagración como escritora se produjo cuando vio la luz Con C De Coixet. Ética y compromiso en el cine de Isabel Coixet (Panorama). En esta extensa entrevista que mantiene con Isabel Coixet, la cineasta habla sin pelos en la lengua sobre el comportamiento humano y la responsabilidad, con ese carácter y pensamiento tan indoblegable que la caracteriza. Le pese a quien le pese, Isabel ha hecho del compromiso su principal seña de identidad.
Para Lucía la ética está por encima de todo y se mantiene aislada de cualquier contenido que genere la más mínima polémica entre los profesionales del celuloide. Su base tan pedagógica no le impide utilizar un lenguaje claro y sencillo, sin complicaciones, inteligible para cualquier tipo de lector, con una redacción ágil y de calidad, en todos sus artículos y entrevistas.
50 aniversario del estreno de El padrino
Los III Premios Cinemasmusic se despidieron hasta 2023 con un interesante debate sobre El padrino (The Godfather, 1972), de Francis Ford Coppola, cuando se han cumplido 50 años de su estreno. Moisés Rodríguez y Juan Ramón López contaron mil y una anécdotas sobre uno de los rodajes más complicados de la historia del cine. El padrino fue la película que salvó a un Hollywood en horas bajas. La meca del cine ya había perdido su gloria de antaño, porque la mayoría de los grandes cineastas se habían visto obligados a retirarse por culpa de las compañías de seguros. Ninguna de ellas quiso asegurarlos. Se estrenó en Nueva York el 15 de marzo de 1972, con unas colas enormes bajo la nieve para conseguir una entrada. Para celebrar este acontecimiento, El padrino regresó a las salas de cine por tiempo limitado el 25 de febrero de 2022. Pero Paramount Pictures no le dio autorización al festival para proyectarla.
El padrino ganó el Premio Óscar a la mejor película (Albert S. Ruddy) el 27 de marzo de 1973, en la 45ª gala de los galardones que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Además, se llevó la palma en las categorías de mejor actor (Marlon Brando) y guion adaptado (Mario Puzo, autor de la novela que dio origen al filme, y Francis Ford Coppola). Sin embargo, Coppola fue derrotado inesperadamente por Bob Fosse (Cabaret) en la categoría de mejor dirección, una de las grandes sorpresas en la historia de estos galardones. Coppola había conseguido el premio del gremio de directores de Estados Unidos al logro destacado en dirección de cine y el Globo de Oro al mejor director, pero se quedó sin la estatuilla dorada.
Nada comparable, en realidad, con el éxito de la segunda parte de la saga, El padrino II (1974), a pesar de tener menos éxito de taquilla, se llevó seis estatuillas en 1975 de las 11 a las que optaba: película, dirección, guion adaptado (Mario Puzo y Francis Ford Coppola), actor de reparto (Robert de Niro), banda sonora (Nino Rota y Carmine Coppola) y dirección artística. El cierre de la historia de la familia Corleone, El padrino III, no fue premiado con los favores de la Academia, y se fue de vacío en 1990, pese a que optaba a siete Óscar.
Una banda sonora para la historia
Nino Rota firmó una de las partituras más recordadas de la historia del cine. Una composición evocadora, rebosante de pesadumbre y recuerdo. Una música inmortal cuyos temas he tatareado en miles de ocasiones. Como era de esperar fue nominada al Premio Óscar a la mejor banda sonora original en 1973.
Una vez nominada al Óscar, la banda sonora de El Padrino fue descalificada porque utilizaba presuntamente música de una banda sonora anterior escrita por el propio Nino Rota. La Academia decidió retirarle la nominación alegando que no era original (los nominados a música y canción deben ser por partituras originales, salvo el Óscar que a veces se daba a bandas sonoras adaptadas), ignorando los temas originales que tenían más peso en la película.
Pero todo ello fue consecuencia de una triquiñuela legal. Resulta que Nino Rota había recibido una demanda judicial por plagio en la que se le acusaba de haber copiado el Tema de amor de El padrino. El propio Rota lo explicó de esta manera unos años más tarde: «Un abogado florentino manifestó que él era el autor del tema de El Padrino. Yo vi su canción, depositada en la Sociedad de Autores, y ante todo me maravilló que hubieran aceptado la demanda porque, al verla, se percibía claramente que faltaban notas, que la persona que la había escrito daba pruebas de analfabetismo musical».
Sin embargo, el asunto se complicó tanto que los abogados de Nino Rota le propusieron que dijera que ese tema musical lo había extraído de la banda sonora de una película que había compuesto 15 años antes: Fortunatella (1958). Dino de Laurentis produjo esta comedia dirigida por Eduardo De Filippo, con guión del propio director junto a Federico Fellini, y protagonizada por Giulietta Masina. El trato que le imprime Rota es más bien cómico, pero resulta ideal para acompañar las andanzas de la peculiar protagonista. Aparece frecuentemente durante el metraje, siendo usado como tema recurrente de la cinta. Rota lo va variando según la conveniencia del argumento, teniendo su mejor entrada en la escena que sirve para apiadarse de la pobre Fortunella.
Con permiso de Francis Ford Coppola, Nino Rota decidió incluir en la banda sonora de El padrino este precioso tema de Fortunella para las escenas que transcurren en Sicilia y para los títulos de crédito finales. El resto de la banda sonora, incluido un gran vals para la escena de la boda, sí era original, pero el público se quedó con el tema de Fortunella para siempre.
«Acepté y no sirvió para nada. Mi acusador, tenaz, dijo que yo, de acuerdo con el productor, había falsificado la banda sonora del film precedente para poner allí el tema que, por supuesto, según él, era su canción». Al final, como era de esperar, la demanda de plagio no prosperó. Sin embargo, al haber utilizado ese truco de la película anterior provocó que la nominación al Óscar fuera anulada.
Por suerte ese episodio con la Academia no supuso el final para Nino Rota, el cual se llevó el Óscar por su partitura de El padrino II, estrenada dos años después. La secuela de El padrino seguía incluyendo el tema de Fortunella, aunque ya no tuvo los problemas de su predecesora. Rota compartió el premio a la mejor banda sonora dramática original con Carmine Coppola, padre de Francis Ford Coppola.
Curiosamente, en la edición de 1986 se produjo el efecto contrario, la Academia metió la pata dándole inmerecidamente el Óscar a Alrededor de la medianoche, estupenda banda sonora de Herbie Hancock, pero que apenas contiene temas originales. Creo que no tenían que haberla nominado. Encima se hizo con la estatuilla dorada en detrimento de una obra maestra como La misión, posiblemente la banda sonora más compleja, elaborada y estremecedora del gran maestro Ennio Morricone.
Speak Softly Love (El tema de amor de El padrino), cuya letra original en inglés pertenece a Larry Kusik, se ha adaptado a diferentes idiomas, entre ellos el francés, el italiano y, por supuesto, el español.
Sin patrocinadores no hay paraíso
Vuelvo a darles las gracias al patrocinio principal de Popular Libros y su apoyo constante en la figura de su gerente, Ángel Collado, fundamental desde los inicios de estos premios; a la Fundación Globalcaja Albacete; a Automóviles Villar (Mercedes-Benz); al Ayuntamiento de Albacete; a la Diputación de Albacete; al Teatro Circo de Albacete (su director, Ricardo Beléndez, ha sido una de las personas que más han apoyado estos premios desde el principio); a Cultural Albacete; a Artes Gráficas Ibarra; a la Filmoteca de Albacete; a los hermanos Manolo y Ángel de Papelería Sanz por su labor enorme en la preparación de los premios (las batutas y sobres de los premiados), unos profesionales, amigos y colaboradores inestimables; a la Asociación Empresarial y Profesional Albacete Centro (es de agradecer la labor de difusión de este evento por parte de su gerente, Laura García); a La Tribuna de Albacete; a Revista Barcarola y al propio podcast Cinemasmusic. Sin todos ellos no hubiera sido posible el sueño de Juan Ramón López, el organizador de este festival.
A modo de conclusión
Asistir a este evento ha sido una experiencia única, colectiva e irrepetible, que me ha permitido ampliar mis conocimientos cinematográficos hasta límites insospechados y conocer a muchas de las personas que más admiro en esta profesión. Albacete ha sido un escenario extraordinario para vivir emociones y experiencias inmejorables. Mi más ferviente enhorabuena a todos los asistentes al festival, ya que de ellos depende el éxito o el fracaso de un evento de estas características. He vuelto a darme cuenta de que las obras maestras mejoran con los años y siempre suelo descubrir en ellas detalles ocultos que pasaron desapercibidos las otras veces que las vi. Le auguro un futuro muy prometedor al festival y espero volver el año que viene. ¡Nos vemos en 2023!