Cultura, Cine y Literatura

Marta Garcés: «Escribir es una forma de vida, no un escaparate»

Entrevista a la escritora Marta Garcés con motivo de la publicación, junto a Carolina Pérez, de su último libro: De raíz (La Consentida Editorial, 2023)

Marta es una poetisa comprometida con las causas sociales, como ha demostrado en varios de sus poemarios, entre ellos, Ciclotímica (Editorial Dech) y Olzo, lo que cabe en unos ojos (autoedición)

De raíz muestra la existencia de una simetría extraña entre lo que nos rodea, el llamado ambiente, y nuestro mundo interior. 

La poesía social o comprometida, también conocida con el nombre de poesía de realismo social, surge como literatura independiente y crítica al orden establecido, manteniéndose al margen de quienes escriben o expresan únicamente éxitos y bondades, negando por esta razón la realidad social. La historia de la literatura está basada en difundir los hechos que han ocurrido en el mundo, a partir de la Edad Antigua, de forma escrita. En ninguna lengua del mundo ha faltado una literatura crítica con la situación política y social que vivió ese país a lo largo de la historia. La literatura, al tratarse de una actividad humana, no puede desentenderse de las condiciones sociales, económicas y culturales que afectan a la sociedad a la que pertenece el escritor. Dentro de esta expresión artística, la poesía es el género literario más adecuado para denunciar las injusticias sociales. De esta manera, a lo largo de la historia de la literatura española, muy rica desde que en el siglo X surgieron las primeras obras escritas, se ha desarrollado una poesía crítica que consiste en la expresión de una actitud moral y un compromiso real respecto a las cosas más comprometedoras que suceden en el momento histórico en que está viviendo el poeta. La verdadera libertad del poeta tiene que ver con escribir simplemente aquello que quiere escribir. Al tratarse de una de las pocas exigencias que el poeta pone en su labor creativa, resulta normal que utilice esa libertad para involucrarse con las causas justas, defender con palabras adecuadas a quienes carecen de voz para denunciar las injusticias a las que están sometidos. Por este motivo, siempre ha habido poetas que se preocuparon por escribir sobre lo que inquieta, obsesiona o provoca al ser humano en cada momento de la historia: Arcipreste de Hita, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Pablo Neruda…

Marta Garcés forma parte de un grupo de poetisas que cultivan en España la poesía social. En la actualidad, el concepto de compromiso social que tiene Marta abarca una serie de habilidades, valores y actitudes que están relacionadas con la tolerancia, la responsabilidad y el respeto a los demás. Comprometida socialmente con su tiempo, Marta lo mismo escribe poesía social, mediante un compromiso ético irrenunciable con la verdad y la justicia social, que le dedica sus versos a lo que alegra, conmueve o da esperanza al ser humano. A pesar de su juventud, Marta ha escrito varios poemarios llenos de calidad, belleza y profundidad, entre los que me gustaría destacar Ciclotímica (Editorial Dech) y Olzo, lo que cabe en unos ojos (autoedición), ya que consiguen la difícil tarea de no dejar indiferente a nadie. Ciclotímica y Olzo, lo que cabe en unos ojos son dos obras que destacan por su originalidad. Con ellas alcanzó su plenitud creativa. Pero Marta todavía tiene que desarrollar y sacar a relucir todo el potencial que lleva dentro y le auguro una carrera literaria prometedora. También me gustaría destacar las colaboraciones de Marta en libros escritos por otros autores, sobre todo el prólogo que realizó para Maldita Primavera (de Silvia Domínguez Navarro), una antología dedicada a temas personales muy importantes en la vida de las personas, ya que se relacionan con sus anhelos, su trabajo, sus estudios, su vida personal: el amor, la ternura, la sinceridad, la honestidad, las emociones verdaderas… Sus versos son como una ventana al alma que despiertan en los lectores sentimientos que desconocían que los tuvieran antes de leerlos. Asimismo, Marta tiene un dominio impresionante del lenguaje y una capacidad formidable para manejar la rima y el ritmo en sus poemas. Su estilo es fluido y musical, lo que hace que sus versos sean fáciles de leer, entender y, lo más importante de todo, disfrutar. Nuestra entrevistada se considera una persona inquieta y activa que está viviendo un proceso constante de evolución y revolución. 

Ha participado en un sinfín de recitales y eventos literarios en casi toda España, emisoras de radio locales, programas locales dedicados al mundo de la poesía, colaborando con escritoras y compositoras nacionales e internacionales. Ya que según Marta, una poetisa cosmopolita donde las haya, «esto va de desnudarse en versos dónde te dejen». También participa asiduamente en blogs y revistas poéticas tanto físicas como digitales. Su colección titulada Mujeres sin rostro, compuesta por una centena de ilustraciones entrelazadas con sus versos, está considerada un «grito de vida a la mujer y su identidad» por la mayoría de los críticos de arte. Mujeres sin rostro se expuso con mucho éxito en Barcelona en el año 2020. No fue una sorpresa que tuviera tan buena aceptación, porque es uno de los trabajos que mejor han sabido dignificar la figura de la mujer en la sociedad, rompiendo estereotipos, mediante dibujos sencillos y lineales entrecruzados con sus poemas. Después coordinó y dirigió Antología Diagnóstico: ¿guerreras? Para la investigación del cáncer, continuación de Diagnóstico: ¡Adelante!, junto con la artista Julia Baviano y prólogo de la Doctora Marta Capelan, oncóloga de mama del Hospital Vall d’Hebrón y experta en oncología integrativa, cuyos beneficios han ido exclusivamente a la investigación del cáncer de mama. La obra recoge 51 relatos sobrecogedores de personas que han pasado por un proceso de cáncer, apoyados por unas ilustraciones maravillosas. 

Marta acaba de escribir junto a Carolina Pérez (otro de las grandes poetisas que componen el panorama poético nacional) De raíz (La Consentida Editorial, 2023), un poemario que cala hondo en los lectores que no se conforman con lo superficial, a los que les gusta pensar. De raíz muestra la existencia de una simetría extraña entre lo que nos rodea, el llamado ambiente, y nuestro mundo interior. Que debemos adentrarnos en lo más profundo de este mundo interior para mirar la realidad de frente, desear que las cosas sean distintas. Todos llevamos dentro una herida emocional que necesitamos aceptar, curar y, principalmente, aprender a querernos a través de ella. El buen hacer de Marta y Carolina nos recuerda que los seres humanos estamos compuestos de historias y vivencias llenos de sensaciones e inquietudes. Este libro habla de lo humano y lo hace de una forma sencilla, sin imágenes rebuscadas e impostadas, ofreciendo una poesía cercana y real. Una obra que voy a recomendar cada vez que me pidan ideas sobre poesía. 

Pregunta. ¿Cuándo surgió la vena literaria en Marta Garcés?

Respuesta. Siempre he tenido un libro entre las manos, siempre he llevado papel y bolígrafo en la mochila de niña y de adolescente, siempre he llevado una libreta o un diario de adulta. Siempre hubo amor hacia las palabras, hacia la musicalidad de las mismas, hacia la emoción que provocan algunas de ellas. Batiburrillo, ¿puede existir un término más sonoro?

Tengo diarios de niñez, tengo diarios de adolescente, de mujer adulta. Recuerdo mi primer diario, blanco, con un candado de decoración. En él copiaba poemas de Dámaso Alonso, de Rosalía de Castro. Luego comencé a escribir los míos propios. Imagina la situación, yo era una niña pequeña adicta a los libros de Juan Muñoz Martín y su Fray Perico. A partir de ahí, nunca he dejado de hacerlo.

P. ¿Con qué edad comenzaste a escribir?

R. Con unos seis años. Recuerdo un concurso literario en la escuela en la que estudiaba. Me publicaron un cuento sobre un gusano que se había puesto enfermo y necesitaba un jarabe. ¡Toda una oda al cuidado!

P. ¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?

R. Cuando era muy pequeña era completamente adicta a los cuentos de los Hermanos Grimm: El sastrecillo valiente, El lobo y las siete cabritillas, Hansel y Gretel… Recuerdo tener toda una colección de todos esos cuentos en mi habitación, eran libros de mi tío, estaban amarillentos y olían a vida, ¡a pura vida de letras! El papel tiene un olor muy particular, sobre todo el papel de antes. 

Luego me aficioné a la lectura de los libros de Juan Muñoz Martín: Fray Perico y su borrico, Fray Perico en la guerra… Lecturas de escuela, como suelo decir.

Hasta que un día cayó en mis manos un libro de Wisława Szymborska: Vista amb un gra de sorra, una edición en catalán de la poeta polaca. Compré el libro en un mercadillo dominguero que estaba cerca de casa de mi abuela. Ese primer contacto con los versos comenzó a formar a la mujer que soy a día de hoy.

P. ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?

R. Pregunta compleja, es cómo preguntar quién ha sido el amor de tu vida. Todas las personas que has amado en algún momento han sido los «amores» de tu vida en un momento determinado, pues con los libros, igual. Sí que es cierto que algunos «impactan» más que otros.

Tengo a unas autoras a las que recurro siempre, ellas son las que me siguen impactando en cada contacto: Anaïs Nin y sus Diarios amorosos, Angélica Liddell y sus sentidos homenajes a la víscera literaria. 

Como curiosidad, tengo una pequeña estantería escondida detrás de la puerta del despacho en la que guardo los libros que me llevaría en caso de emergencia: Dicen que Nevers es más triste, de Angélica Liddell, sería el primero que metería en la mochila.

P. ¿Tienes algún sitio y horario preferido para escribir?

R. No, rotundamente no. Pero sí que es cierto que he de ser realista y solo pocas afortunadas pueden vivir del arte. Durante el día soy una persona normal, con su trabajo normal, su estrés normal… En cuanto llego a casa, tarde, siempre tarde, miro mis libros, toco mis libretas, enciendo un incienso y vuelvo a mi esencia, a ser Marta Garcés, no es un alter ego, es volver a mí.

P. Te encuentras cómoda escribiendo poesía. ¿Qué tiene este género literario para que te atrapara de entrada? 

R. Creo que con la poesía no hay término medio: a la amas o la odias, o te dice algo o no, o te eriza la piel y la traspasa o simplemente, resbala por ella. La poesía no es una moda a la que subirse al carro de la literatura y convertirse en una superventas. No. Quien ama la poesía la ama, sobre todo, desde la intimidad, luego ya la comparte. 

P. ¿Qué pretendes reflejar en tus versos? ¿Qué pretendes conseguir de tus lectores en tus obras?

R. Desde que no me hago esa pregunta escribo de verdad, desde la entraña, desde el vómito de la hiel que hay tras la hiel. 

Es algo profundo, ni siquiera podría considerarlos versos, ¡qué osado! Hay poetas maravillosos que hacen obras de arte con una facilidad pasmosa. Por ejemplo, el cantautor madrileño David Carretero, que para mí es el poeta del siglo XXI que escribe los sonetos más increíbles que he leído nunca, la palabra hiriente y a carne viva de Elena Alonso, o los versos cuánticos de Erika Rubio que rezan como en una plegaria: «Este tiempo intacto por donde se desliza la brusquedad».

No pretendo gustar, demasiada ansiedad, no puedo permitirme eso. Se disfruta el camino cuando empiezas a escribir desde la entraña porque la entraña no sabe mentir, se muestra desnuda frente a todos, frente a todas. La brusquedad de la palabra, menuda belleza.

P. En un mundo dominado por las nuevas tecnologías, ¿cómo valoras la situación actual de la poesía en particular y de la literatura en general?

R. Es curioso, en prácticamente todas las presentaciones que he hecho este último año me hacen esa pregunta. No puedo ser imparcial ante ello. Quien es más visible en redes sociales tiene las ventanas abiertas de casa a todas horas, ello conlleva beneficios, pero también exposición en exceso. Las redes sociales te permiten contactar con escritores, escritoras, artistas, divulgadores de cultura, directores de revistas maravillosas… Todos ellos son un beneficio emocional. También generan la competencia desleal, las envidias… o eso dicen. Yo he dinamitado mis redes tantas veces y las he vuelto a parir otras tantas veces que me río de ello.

Escribir es una forma de vida, no un escaparate. Quién escribe de verdad no siente esa necesidad imperiosa del like.

P. ¿Qué inspira realmente a Marta Garcés para crear su universo particular? 

R. Vivir, simple y llanamente: VIVIR. En mayúsculas. Aprovechar esa ira del día a día y canalizarla. Sentir mucho, observar mucho, besar mucho, ser mucho. Nada más. Puede sonar a tópico, pero la VIDA te pone en la cabeza el verso, el texto; las manos son simples canales de materialización.

P. ¿Cuál de tus obras literarias te gusta más? ¿Por qué?

R. Vaya, otra pregunta trampa. ¿A qué hijo o hija quieres más? Todos tienen su momento, todos me han purgado, todos han sido paridos desde un lugar oscuro y sucio, porque la suciedad es bella.

Venga, te responderé con sinceridad: Olzo, un libro dividido en dos partes (Olzo, lo que cabe en unos ojos y La cabeza de Olzo en bandeja de mar) que, de la misma manera, me partió en dos a mí. Lo escribí en cinco noches y un día, plagiando un poco a Sabina y brotó, punto. Te contaré un secreto, una editorial bastante conocida dijo que era un libro maravilloso pero NO comercial. Entonces supe que el camino era el correcto.

También El hombre árbol y la sangre pegada en las raíces (Editorial Cordel d’Prata) que verá la luz a finales de mayo. Un poemario muy breve y especial, aunque seguro que todo el mundo pensará lo mismo de sus libros. No, en serio, es el que más me ha costado enseñar al mundo y eso que no tengo pudor ninguno en ese aspecto. Supongo que las historias que tienen un ápice de… ¿verdad? nos escuecen en las heridas, ¿no?

P. ¿Nos podrías desvelar qué temas te gustaría tratar que todavía no hayas utilizado?

R. He tratado todos los que he vivido: amor, desamor, sexo, amistad, amor/odio maternofilial, enfermedad, aborto… Aunque reconozco que vivir te va poniendo nuevas emociones en el cuerpo y, por consiguiente, te invita a escupir nuevos textos. Me quedan tantos temas por tratar como oportunidad tenga de vivirlos. Paciencia.

P. ¿En qué momento decidiste escribir De raíz (La Consentida Editorial, 2023) junto a Carolina Pérez? ¿Qué te motivó a embarcarte en este proyecto?

R. Carolina es AMOR con mayúsculas, es dulzura, es mi yin literario femenino. Embarcarme con ella en la travesía de este libro fue como bailar un tango sin tener ni idea de los pasos. Pero con la seguridad de que te echarás unas risas y te llevarás unos abrazos. 

Nos conocimos por mediación de una amiga y la conexión fue inmediata. Luego le envié un monólogo que no acababa de encontrar su voz y aceptó el reto de llevarlo a los escenarios. ¿Puede existir mayor lujo? 

Hablamos, reímos, conectamos y… surgió la pregunta: ¿Escribimos algo juntas? Dicho y hecho. Gracias a las nuevas tecnologías estábamos las dos estableciendo un diálogo a distancia, a distintas franjas horarias, con un papel virtual entre las manos y con la emoción de echar raíces en breve. El resto, hay que leerlo y sentirlo.

P. Además de temas como lo cotidiano, la ternura o el amor, ¿qué se van a encontrar los lectores en De raíz que no hayan leído en otro libro?

R. Es un libro que te abraza desde los cinco sentidos. Cuando nuestra editora, Espe, nos comentó que el tacto del libro era muy especial, no me imaginé que acabaría topándome con la piel de nuestros versos. Tocar De raíz es tocar nuestra piel, es sentir como crece cada página, es sentir cómo sobrevive cada emoción. Es un libro para tocar, para mirar, para oler, las fotografías de Carol parecen que están vivas, atrapadas en un espacio/tiempo bitonal, los textos pueden ser leídos en orden, solo los pares, desde la última página. Puedes encontrar un pedazo de vida particular en cada página.

P. ¿Qué diferencia este poemario al resto de tu creación?

R. En De raíz el amor brota, la vida se expande y el dolor se vuelve belleza. Carol lo puso muy fácil, no es sencillo escribir algo a cuatro manos, no es sencillo coordinar diferentes textos de distintas personas. Carol lo puso todo en las manos de la vida, de la sorpresa, y surgió. Pensar en De raíz es pensar en la oportunidad de contemplar la vida desde otro lado.

P. ¿Desde cuándo conoces a Carolina?

R. Desde hace unos pocos años. Las redes sociales a veces establecen estas sinergias mágicas que te ayudan a confiar. Nos abrazamos por primera vez en Madrid, en la Librería Ocho y medio, llena del séptimo arte por todos lados y sí, fue como si nos conociéramos de toda la vida. ¿Podría decir que místicamente hablando la conozco de toda la vida? Sí, podría.

P. ¿Qué destacarías de Carolina?

R. Su amor, carol es AMOR. La entrega infinita y la capacidad de mirarte a los ojos y ver allí todo lo que siente. Carol es la magia materializada en un ser humano, una artista multidisciplinar. ávida de aprendizaje. Necesitamos muchas personas como ella en el mundo, personas que disfruten del día a día, de las cosas sencillas, del esfuerzo por lograr sus objetivos desde el lado del amor, no de la competitividad. 

P. ¿Tienes pensado volver a colaborar con ella después del éxito de De raíz?

R. Aún estoy con la oxitocina del alumbramiento, pero no lo descarto. De momento, vamos a disfrutar de los primeros pasos y de la infancia de nuestra De raíz. Cuando se emancipe, seguramente, vayamos a por el segundo. Como curiosidad, ya hemos barajado algunos nombres.

P. Después de leer De raíz puedo decir que lo fascinante de tu poesía es precisamente su falta de presuntuosidad. En todo momento escapas de artificios y trucos para centrarte principalmente en la sencillez de todo lo que deseas transmitir. ¿Cómo se define Marta Garcés como poeta?

R. Simplemente soy una portadora desde la emoción hasta el papel. Haciendo un símil futbolístico, no me gusta jugar en la misma liga del resto, tengo un juego libre, directo, profundo. No necesito nada más. No busco que se entienda lo que escribo sino que despierte, que erice, que emocione. A veces la emoción no tiene que ir ligada a la comprensión. Así son mis textos. Me gusta quedarme en versos allá dónde me dejen, compartir y ver el destello de mis palabras en los ojos de las personas.

P. ¿Cuáles son tus escritores favoritos? 

R. Sin duda, Angélica Liddell, escritora, poeta, directora de escena y actriz española. Después, Anaïs Nin y toda su intimidad expresada en sus diarios. Maria Mercè Marçal, fallecida en el 98, poeta, catedrática, narradora y traductora catalana, así como activista feminista. Leerla es viajar a la vida desde las venas, es sentir cómo fluye la sangre por sus poemarios. Las mujeres de la generación Beat, en especial Diane di Prima. 

David Carretero, poeta y cantautor madrileño, el cuál tengo la suerte de tener en mi vida como un amigo íntimo y con el cuál sacaré un poemario en breve. ¡Sorpresa! Marcos Callau, poeta aragonés que roza la locura en sus versos y te transporta a la dimensión misma de la emoción. Y, por último, descubierta hace poco, Coloma Fernández Arnero, una mujer que se escribe así misma. La lista podría ser interminable…

P. ¿Cuáles son los géneros literarios que más te gustan?

R. El diario literario, el diario vivido. Adoro los diarios íntimos que muestran el lado más humano de los autores y autoras. Decir poesía habría sido demasiado obvio, ¿no?

P. Aparte de escribir, ¿qué otras aficiones tienes? 

R. El dibujo. He hecho cursos de arteterapia e ilustración e intento no perder el toque haciendo bocetos. Hace unos años, en marzo de 2020, días previos a la pandemia, expuse mi colección de Mujeres sin rostro en una  biblioteca de Barcelona y tuvo muy buena acogida. Pocos días después, el mundo se paralizó y mi colección de Mujeres sin rostro se quedó congelada durante meses en las paredes de la biblioteca. ¿Puede existir algo más bello?

Por lo que respecta al séptimo arte, adoro a Alexandra Jiménez desde la serie Los Serrano, acabó por conquistarme en la serie Escándalo. Es una mujer de víscera expuesta, como ha de ser cuando muestras tu esencia. Me enamoré del trabajo de Carol en el corto: Espejo, espejo, de la productora La Quirky Films, una brutalidad, una joya.

P. ¿Qué estás leyendo en la actualidad?

R. Tienes que mirar, de Anna Starobinets, una valiente biografía sobre unas circunstancias muy personales de la autora.

La poda, de Laura Beatty, un libro que te desgarra y que, con una poética espectacular, te devuelve a la llamada del bosque.

P. ¿Te encuentras escribiendo alguna obra literaria en estos momentos? ¿De qué tipo? ¿Nos puedes avanzar parte del argumento?

R. Por supuesto, no sé hacer otra cosa. Actualmente me encuentro enfrascada en un proyecto literario junto a David Carretero. No será un poemario al uso, será algo innovador y supondrá un antes y un después en nuestras carreras.

También estoy acabando de darle forma a Examen de aislamiento, un poemario que verá la luz en verano.

Por último, tengo en mente la reedición de Olzo

Gracias, Marta, por compartir tus conocimientos ilimitados sobre literatura en general y sobre poesía en particular con todos nosotros. Esperamos con enorme interés la publicación de tus proximas obras porque eres una de las poetisas que más nos llega a las entretelas del alma.

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