Cultura, Cine y Literatura

Cecil B. DeMille. Un director de leyenda

La editorial Amarcord Ediciones me ha dado la posibilidad de escribir con Fernando Alonso Barahona una obra sobre la vida personal y trayectoria profesional de uno de los fundadores de Hollywood junto a David Wark Griffith: Cecil B. DeMille. Por este motivo hemos titulado el libro Cecil B. DeMille. Un director de leyenda. Muchos cinéfilos recuerdan a Cecil B. DeMille por haber dirigido películas tan famosas como Sansón y Dalila (1949), El mayor espectáculo del mundo (1952) o Los diez mandamientos (1956), pero desconocen que está considerado el padre fundador del cine estadounidense y uno de los productores-directores de mayor éxito comercial en la historia del cine. Sus películas se distinguen, principalmente, por su escala épica, seguridad para el manejo de grandes masas y espectacularidad cinematográfica. Famoso por sus largometrajes bíblicos e históricos y wésterns, Cecil B. De Mille fue un cineasta muy versátil y dirigió películas orientadas a un neo-naturalismo que concibió el mundo como un campo de información, susceptible de ser visualizado como datos, tratando de retratar las leyes del hombre luchando contra las fuerzas de la naturaleza: dramas sociales, comedias, farsas, obras de moralidad…

Según la mayoría de los críticos cinematográficos, la carrera larga, polémica y comercialmente exitosa de Cecil B. DeMille se erige como un logro notable en la historia del cine estadounidense. Sus ochenta largometrajes, estrenados en un lapso de cuarenta y dos años (entre 1914 y 1956), recaudaron más de mil millones de dólares en ingresos. Presente en el nacimiento de Hollywood y del largometraje, y fundamental en la creación de uno de los estudios más influyentes de la industria, Paramount Pictures, se atrevió a desafiar el sistema de estudios convirtiéndose en productor independiente. No obstante, terminó su carrera como uno de los principales defensores de la América corporativa moderna. Si bien nunca recaudaron dinero constantemente, sus producciones presentaban una sociedad anónima estable de técnicos y actores experimentados cuyo trabajo superó la taquilla en cada década desde los años 1910 del siglo XX hasta los años cincuenta. La última película de Cecil B. DeMille, Los diez mandamientos (1956), batió todos los récords de ingresos en su momento, mientras otros buscaban en vano al público perdido de Hollywood por culpa de la irrupción de la televisión. A menudo ridiculizado y temido por su liberalismo conservador y posturas anticomunistas, sobre todo al final de la Segunda Guerra Mundial, DeMille se ganó, en contra de lo que se ha escrito en muchas ocasiones, los elogios de la mayoría de sus compañeros de profesión (John Ford, Frank Capra, Leo McCarey…). La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (Hollywood Foreign Press Association, HFPA) todavía utiliza su nombre para honrar con uno de sus galardones a las personas que hacen «contribuciones sobresalientes» a la industria.

Cecil B. DeMille. Un director de leyenda analiza exhaustivamente las 80 películas que dirigió y muestra la parte más humana de un hombre tachado injustamente de tirano y déspota, cuando todos los que han trabajado con él han dicho lo contrario. Bajo esa supuesta coraza narcisista se escondía un hombre con un buen corazón y una vertiente humana y solidaria que luchaba por una industria cinematográfica fuerte, defendía con uñas y dientes los derechos de sus compañeros de profesión y cuidaba hasta el último detalle de sus producciones.

Con Cecil B. DeMille. Un director de leyenda vuelvo a hacer realidad, después de Charlton Heston. Un héroe para la eternidad (Amarcord Ediciones, 2023) y Río Bravo. La quintaesencia del wéstern (Sílex Ediciones, 2023) uno de mis sueños más deseados: volver a escribir y publicar un libro. Esta vuelve a ser la mejor ocasión para darles las gracias a todos los que han apoyado incondicionalmente, en especial mis familiares, amigos y seguidores. Y, lógicamente, agradecerle una vez más a Amarcord Ediciones, una editorial dedicada casi en exclusiva al apasionante mundo del cine, por haber apostado una vez más por mí para encargarse, junto a Fernando Alonso Barahona, de un proyecto tan interesante como prestigioso: escribir la biografía de uno de los cineastas fundamentales en la historia del séptimo arte. Si Cecil B. DeMille no hubiera existido el séptimo arte seguro que no hubiera sido lo mismo.

La mejor manera de finalizar este artículo es compartiendo la contraportada de Cecil B. DeMille. Un director de leyenda, donde esclarecemos los objetivos principales del libro, que se convierta en un documento indispensable y esencial para acercarse a la biografía personal y artística de uno de los responsables de que el arte haya sido el arte central del siglo XX, mostrando una visión extensa, reflexiva e intensa del biografiado, un Homero estadounidense: 

«Cecil B. DeMille se puede considerar uno de los directores más famosos e importantes de la historia del cine clásico de Hollywood. Cuando los actores y actrices eran los únicos nombres que brillaban y resultaban conocidos entre el gran público, este cineasta fue uno de los pocos en su profesión capaces de colocarse a la altura de sus estrellas. Teniendo en cuenta la inflación, al menos, diez de sus películas estarían entre las cien de mayor éxito de todos los tiempos. Sin embargo, sigue siendo uno de los más ignorados, incomprendidos o malentendidos, seguramente por el exceso de tópicos que ocultan el perfil auténtico de una personalidad compleja pero fascinante.

El objetivo principal que nos hemos planteado a la hora de escribir Cecil B. DeMille. Un director de leyenda es que los aficionados al cine conozcan más información relacionada con su vida personal y profesional sobre uno de los pioneros de Hollywood, junto a David Wark Griffith, un dato que desconocen muchos de ellos. Además, dos de sus películas, The Squaw Man (1914) y La marca de fuego (The Cheat, 1915) son fundamentales en la evolución del arte cinematográfico. Y muchos críticos aún consideran El rey de reyes (The King of Kings, 1927) la mejor película sobre Jesuscristo jamás realizada. 

En esta obra hacemos hincapié en los falsos conocimientos e ignorancias profundas que rodeaban la filmografía del cineasta estadounidense. En este sentido, nuestro libro pretende servir de homenaje, acercamiento y comprensión a la figura del responsable de películas tan emblemáticas como El rey de reyes, Cleopatra, Buffalo Bill, Piratas del mar Caribe, Los inconquistables, Sansón y Dalila, El mayor espectáculo del mundo y las dos versiones, una muda y otra sonora, de Los diez mandamientos. Hemos realizado una selección de hechos, trayectorias, decisiones vitales o acontecimientos importantes en la vida y obra de Cecil B. DeMille para adentrarnos en su mundo interior, un conjunto ordenado de elementos que dan volumen al nombre del personaje y marcan el rumbo de sus pasos. Las temáticas básicas de su filmografía son ricas: comedias, películas de aventuras, wésterns, superproducciones históricas y bíblicas, donde se revela como un autor en el sentido más estricto de la palabra (estilo propio e identificable, coherencia estética e ideológica, y control absoluto sobre sus obras)».

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