Cultura, Cine y Literatura

Acerca de mis dos libros favoritos

Se puede decir que nací con la nariz enterrada en un libro. Hay épocas en mi vida en las que leo mucho y otras en las que leo menos. Pero siempre me acompaña un libro en mi largo caminar. Me encuentro muy feliz porque la semana que viene se publica mi primer libro (coescrito junto a mi querido y admirado amigo y maestro Fernando Alonso Barahona), Charlton Heston. Un héroe para la eternidad. Le doy las gracias a Amarcord Ediciones por permitirnos escribir una obra que tiene como finalidad conmemorar el centenario del nacimiento de uno de los mejores y más importantes actores de la historia del cine: Charlton Heston.

Hoy se celebra el Día Internacional Del Libro y me gustaría recomendaros dos de los libros más apasionantes que he leído y que más me han influido a la hora de escribir: Don Quijote de la Mancha, del novelista, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes, y El Aleph, uno de los libros de cuentos más representativos del escritor argentino Jorge Luis Borges.

Tras su regreso a España, tras cinco años de cautiverio en Argel, Cervantes trabajó como recaudador de impuestos y escribió sus novelas; las más importantes, La Galatea (1585), todo un estudio psicológico del amor; y las dos partes de su obra maestra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605) y El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615). Cervantes dijo que «para componer historias y libros, de cualquier suerte que sean, es menester un gran juicio y un maduro entendimiento». Unas palabras que siempre he tenido en cuenta antes de ponerme a escribir.

La pretensión de Cervantes, a la hora de escribir la obra cumbre de la literatura en lengua española, era la de criticar y parodiar el éxito que tenían en aquel momento las novelas de caballerías. De esta forma, creó una sátira con las aventuras y desventuras de un hidalgo manchego llamado Alonso Quijano, oriundo de un lugar indeterminado de La Mancha, quien enloquece leyendo libros de caballerías y se cree un caballero andante medieval. Alonso Quijano es pobre pero idealista y adalid de la justicia.

La primera parte, a lo largo de 52 capítulos, narra las dos primeras salidas, llenas de desdichas y derrotas, de don Quijote y de su fiel, bromista y pragmático «escudero» Sancho Panza; un personaje que sirve de contrapunto perfecto a la personalidad fantasiosa de don Quijote. En ella, predomina el medio rural, y es la mente de don Quijote la que deforma la realidad que le rodea. En el episodio más famoso de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Alonso Quijano cree ver gigantes donde hay unos molinos de viento enormes.

En cambio, en la segunda parte, que consta de 74 capítulos y cuenta la tercera salida, predomina el medio urbano (concretamente Barcelona) y son los demás personajes los que transforman la realidad. Esta es una novela más sosegada, con menos desventuras y algunas victorias (aunque los dos protagonistas son constantemente objeto de burla) y muchos más diálogos.

El cuento El Aleph es relatado por un narrador en primera persona llamado Borges, nombre que los lectores no van a descubrir hasta la mitad del texto. Este Borges imaginario comienza relatando el estado de las cosas tras la muerte de Beatriz Viterbo, a la que había amado sin ser correspondido. A Borges solo le queda mantener intacto, en la medida de lo posible, el mundo y las costumbres asociadas a su relación con esta mujer.

Borges se pone un objetivo: visitar la vieja casa de la familia de Beatriz en cada aniversario de ella. En esas visitas, el narrador establece una relación con el primo hermano de la mujer, llamado Carlos Argentino Daneri. En esos encuentros, Daneri comparte con Borges una serie de poemas que ha escrito, con la esperanza de que este convenza a un escritor importante para que le haga un prólogo. Para Borges, son poemas caóticos, donde predomina la cacofonía, algo desagradable para él. Sin embargo, le hace creer por compromiso que hablará con el escritor.

Meses después, Borges recibe una llamada de Daneri que lo cambiará absolutamente todo. Este le dice que la antigua casa va a ser demolida. Ahí es cuando revela su secreto: en el sótano se encuentra un Aleph, un punto desde el cual se puede ver todo el universo simultáneamente y del que necesita para escribir. En nombre del recuerdo de Beatriz, Borges impide que echen la casa abajo. Además, le intriga saber si en verdad existe el Aleph o si Carlos está loco. Al llegar al lugar, Borges descubre que desde el escalón diecinueve del sótano puede verse el Aleph, una circunferencia de apenas unos centímetros de diámetro que le permite verlo todo.

Todos los que hemos leído El Aleph coincidimos en que el cuento esconde un microcosmos infinito dentro de sí. Quien ve a través del Aleph no puede sorprenderse de nada, ya que en un momento lo ha visto absolutamente todo. Solo queda esperar a que pase la sombra del olvido por la mente humana.

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