Cultura, Cine y Literatura

40 aniversario de la muerte de Grace Kelly: El vuelo del cisne supremo

Se cumplen 40 años de la muerte de Grace Kelly, la actriz que se convirtió en princesa y en todo un mito de la cultura popular 

Bella, atractiva, elegante… La inolvidable actriz y princesa consorte de Mónaco me recuerda a ese cisne insuperable que observo con admiración desde la orilla como algo extraordinario que, sin embargo, es lo más habitual para él

La actriz estadounidense sorprendió al mundo cinematográfico con su talento y belleza

En 1956, la ganadora del Premio Óscar por La angustia de vivir, abandonó el mundo del cine para casarse con Raniero III y convertirse en princesa consorte de Mónaco

Grace Kelly sorprendió a Hollywood por su belleza, elegancia y atractivo

El cisne cinematográfico

Grace Kelly, dueña de una elegancia sublime, actriz fetiche de Alfred Hitchcock y personificación de la sotisficación

En la naturaleza, el cisne habita en la tierra, se desliza sobre el agua y planea en el aire. Es un ser que fluye con facilidad en estos tres elementos. Históricamente siempre ha estado asociado con la belleza, la pureza y la cordialidad. En muchas culturas ha sido un símbolo del amor, que hace duraderas las relaciones con terceros. Al mismo tiempo, tiene mucha fortaleza y la enorme capacidad de ser implacable para protegerse.

Sin pretenderlo, Grace Kelly, dueña de una elegancia sublime, es el cisne insuperable que observo con admiración desde la orilla como algo extraordinario que, a pesar de ello, resulta lo más habitual para él. Desde su primera aparición en la gran pantalla, la actriz fetiche de Alfred Hitchcock personificó el ideal de sofisticación como muy pocas actrices de su generación. Sus once películas le hicieron un hueco en el olimpo de Hollywood. Además de conseguir la mayoría de los premios más prestigiosos y deseados de la industria del cine.

Grace Kelly se convirtió en muy poco tiempo en uno de los grandes iconos y referentes de estilo en el mundo del cine y la moda

Además de ser una actriz fantástica, una belleza que rompe moldes y la princesa que casi todas las mujeres querían ser en los años 50, Grace Kelly se convirtió en muy poco tiempo en uno de los grandes iconos y referentes de estilo en el mundo de la moda, tanto dentro como fuera del cine. Bajo su belleza glaciar se ocultaba una verdadera depredadora sexual y tuvo un largo listado de amantes, entre ellos el diseñador de moda Oleg Cassini, (estilista de Jacqueline Kennedy), Gary Cooper, Clark Gable, Ray Milland o William Holden. Siempre mucho más mayores que ella. Al cisne cinematográfico le fascinaban los hombres maduros. 

Una infancia dura

Grace Kelly en la recepción de la boda de su hermana Elizabeth Ann celebrada el 25 de junio de 1955

Grace Patricia Kelly nació el 12 de noviembre de 1929 en Hahnemann University Hospital, Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, en el seno de una familia acomodada. Su padre, Jack Kelly, fue un exatleta que había ganado tres medallas olímpicas de remo y dueño de una fábrica de ladrillos con la que amasó una gran fortuna y dio una buena calidad de vida a su esposa, Margaret Majer, antigua modelo y profesora de gimnasia, y sus cuatro hijos. Su progenitora hacía gala de sus orígenes prusianos al educarla a ella y a sus tres hermanos (Margaret Katherine Kelly, John Brendan Kelly Jr. y Elizabeth Ann Kelly) con gran disciplina.

Su vida no fue precisamente un cuento de hadas: un padre ausente, que rara vez se encontraba en casa, siempre absorbido por su negocio, el golf y la política; una madre excesivamente exigente con sus hijos, que creía en una educación basada en castigos y golpes; y una hermana menor, Lizanne, malcriada que le hacía la vida imposible, especialmente cuando estaba con sus novios.

Antes de convertirse en una gran estrella de cine, Grace Kelly era una niña tímida, enclenque y miope, acomplejada por los triunfos del padre y tiranizada por su madre

Desde muy pequeña, Grace Kelly sintió inclinación por el mundo de la interpretación, a pesar de la oposición de sus padres. Haciendo caso omiso a sus progenitores, Al cumplir los 18 años, Grace tomó la decisión de estudiar interpretación y puso rumbo a Nueva York dispuesta a conseguir su sueño. Sus padres eran tan sobreprotectores que dejaron ir a Grace con la condición que se alojara en el Hotel Barbizon, un lugar exclusivo para mujeres de la alta sociedad. 

Tras un año en Nueva York, durante el que sus padres sufragaron sus estudios, Grace Kelly trabajó como modelo para mantenerse. Aquella niña tímida, enclenque y miope, acomplejada por los triunfos del padre y tiranizada por su madre, era ahora una belleza que pronto arrasaría entre el público norteamericano. Alejada de la explosiva belleza reinante simbolizada en la exuberancia de Ava Gardner y Marilyn Monroe, logró situarse prácticamente a su nivel.

Imparable rumbo a Hollywood 

Grace Kelly en una fotografía publicitaria de Catorce Horas, su primera película en Hollywood

En 1947, consiguió ingresar en la Academia Americana de Arte Dramático. Su debut en Broadway no se hizo esperar demasiado y en 1949 debutó con la obra de teatro El padre. Después de sus primeras apariciones teatrales, Grace participó en algunos espacios televisivos y poco después decidió viajar más lejos, hasta Los Ángeles, a probar suerte en Hollywood, la meca del cine.

Grace Kelly dio el salto a la gran pantalla en 1951 con Catorce Horas (Fourteen Hours), de Henry Hathaway, su primera película en Hollywood. El filme narra la historia de un joven que se dispone a saltar desde la cornisa de un hotel. La policía, su familia, la gente, los medios de comunicación se temen lo peor durante una espera de catorce horas interminables y llenas de tensión. Catorce horas es un excelente melodrama de intriga con momentos de tensión y varios toques de humor pasó sin pena ni gloria en el momento de su estreno. No obstante, este pequeño traspiés no supuso ningún obstáculo para alcanzar su sueño.

Con tan solo 22 años, Grace Kelly conseguiría su primer papel protagonista en el aclamado wéstern Solo ante el peligro, donde compartió reparto y cama con el mítico Gary Cooper

Tan solo un año después, con 22 años, conseguiría su primer papel protagonista en el aclamado wéstern Solo ante el peligro (High Noon, 1952), de Fred Zinnemann. Una oportunidad que cambió su vida para siempre. En esta cinta compartió reparto con Gary Cooper. Los dos actores mantuvieron un breve romance durante el rodaje. Coop, a pesar de estar casado con Veronica Cooper y ser un católico ferviente, era un mujeriego empedernido (todas las mujeres se querían casar con él) y en ese momento mantenía una relación sentimental con Patricia Neal. 

En una ocasión Patricia Neal fue a visitarlo durante la filmación y él le comentó que Grace Kelly tenía algo con Fred Zinnemann. Años más tarde, Patricia le aseguró a la biógrafa Wendy Leigh: «¡Por supuesto que era Gary quien estaba teniendo un romance con ella!».

«Da la impresión de que se va a comportar con un hombre como un témpano de hielo hasta que le bajas las bragas, entonces es un volcán en erupción», dijo sobre ella el mítico actor. Su participación en Solo ante el peligro supuso el comienzo de una carrera cinematográfica muy prometedora.

Solo ante el peligro, la espera tensa del deber moral ante la adversidad 

En Solo ante el peligro Grace Kelly interpreta a Amy, una chica que se casa con el sheriff Will Kane (interpretado por un Gary Cooper maduro), al solo ha visto durante media hora unos meses antes de la boda

Solo ante el peligro está considerado el más emblemático de todos los wésterns psicológicos que se han rodado. Will Kane, uno de los grandes héroes de la historia del cine, es un sheriff que decide casarse con una joven, Amy (Grace Kelly), a quien solo había visto personalmente durante media hora varios meses antes, para olvidarse de la mujer de la que, según se nos da a entender, estuvo enamorado en el pasado, Helena (Katy Jurado). Kane es un hombre con principios y está a punto de dejar el cargo. Pero sus valores le impiden dejar el pueblo a merced de Frank Miller (Ian McDonald) y su banda, el cual tiene una cuenta pendiente con él.

Helena estuvo a su vez relacionada con Frank Miller. Todo apunta a un conflicto entre dos hombres por una mujer, la que ninguno de ellos pudo tener. Así mismo, me gustaría destacar cómo toda la población, por primera vez en un wéstern, en vez de ponerse de parte del héroe, opta por darle de lado, mostrándonos la vulnerabilidad del sheriff. Aquí Gary Cooper, nos muestra el desasosiego, la incertidumbre y la soledad de un hombre al que parece que está a punto de llegarle su hora, si no encuentra a alguien que le ayude. 

Grace Kelly, divina, fabulosa, fresca y natural en una hermosa fotografía realizada en 1951, justo antes de rodar Solo ante el peligro

Solo ante el peligro no es simplemente un argumento escrito para crear tensión en el espectador, sino también para que este pueda hacerse muchas preguntas. Es una de esas obras que admiten diferentes niveles de lectura y que se pueden contemplar como un entretenimiento eficaz, pero también como una historia que ahonda en las tremendas contradicciones a las que se ve abocada la complejidad de las relaciones humanas.

Will Kane es un personaje con el que empatizas desde el principio ante el egoísmo infumable de sus conciudadanos, que no titubea ante el peligro, que se cierne sobre un hombre que les libró, tiempo atrás, de las garras de un delincuente que regresa al pueblo en busca de venganza. Por este papel Gary Cooper se llevó un merecidísimo Premio Óscar al mejor actor, el segundo que conseguía tras El sargento York (Sergeant York, 1941), de Howard Hawks.

Grace Kelly está bellísima en Solo ante el peligro, en su debut cinematográfico, a pesar de interpretar a la sosa esposa cuáquera de Will Kane (Gary Cooper)

La trama de Solo ante el peligro transcurre en tiempo real y mantiene al espectador en vilo hasta el final. La fotografía en blanco y negro de Floyd Crosby es impactante y la banda sonora de Dimitri Tiomkin es una de las más famosas de la historia del cine. Grace Kelly está bellísima en su debut cinematográfico como protagonista, rebosando elegancia y saber estar, a pesar de interpretar a la sosa esposa cuáquera del protagonista. Me gusta especialmente la interpretación de Katy Jurado, su mirada intensa, pura sangre latina caliente, la historia que refleja el difícil camino de una mexicana entre los estadounidenses.

El sheriff Will Kane se debate en un conflicto moral que Gary Cooper sabe reflejar con gestos sencillos (miradas dudosas, limpiándose el sudor provocado por el calor asfixiante…). Una lucha interior desgarrada entre el cumplimiento del deber y el instinto de conservación que apenas le deja vivir. Coop tenía mucha experiencia en la industria cinematográfica, bastantes arrugas y una úlcera lacerante que le permitió interpretar con la sobriedad y la desesperación necesaria al que es con toda seguridad el primer sheriff desmitificado de la historia del wéstern.

Solo ante el peligro revitalizó la carrera cinematográfica de un Gary Cooper en horas bajas después de encadenar varios fracasos de crítica y público consecutivos

En 1951, Gary Cooper, un actor que siempre había tenido muy buena reputación en Hollywood, estaba en declive profesional. Una serie de fracasos comerciales consecutivos pusieron en serio peligro su carrera profesional. El éxito extraordinario de crítica y público de Solo ante el peligro revitalizó su maltrecha carrera profesional y en 1953 alcanzó por primera y única vez el primer puesto en la lista de los actores más taquilleros de Norteamérica.

Carl Foreman escribió el papel de Will Kane pensando en Henry Fonda. Pero el actor se encontraba de una gira teatral por todo el país con Mr. Roberts y no podía atender ningún compromiso cinematográfico. Según todos los medios de comunicación de aquella época, Stanley Kramer le ofreció el papel a John Wayne, la gran estrella de cine del momento. El Duque lo rechazó por razones políticas. Estaba completamente convencido de que Solo ante el peligro era una alegoría contra las llamadas listas negras de la caza de brujas y el macartismo. Tampoco le gustaba Foreman por sus simpatías comunistas y pertenencia al Partido Comunista. Los lazos de este guionista con la causa comunista eran más que evidentes y Wayne era un anticomunista convencido. Otros actores que rechazaron el papel fueron Gregory Peck (porque pensaba que era muy similar al que había interpretado en El pistolero), Charlton Heston, Marlon Brando, Kirk Douglas, Montgomery Clift y Burt Lancaster. Peck dijo más tarde que rechazar esta película fue el mayor error de su carrera profesional, aunque agregó que no creía que podría haber interpretado al personaje principal tan bien como lo hizo Gary Cooper. En cambio, el Duque nunca se arrepintió de haber rechazado este papel.

Su inolvidable interpretación del sheriff Will Kane en Solo ante el peligro le valió a Gary Cooper su segundo Premio Óscar al mejor actor y su primer Premio Globo de Oro, entre otros galardones

Se usó muy poco o nada de maquillaje en la cara de Gary Cooper. La idea era que las líneas en su rostro acentuaran lo preocupado que estaba su personaje. Coop tuvo muchos problemas de salud durante todo el rodaje y le costó mucho trabajo terminar la película. Una úlcera sangrante estuvo a punto de poner su vida en peligro.

Una de las razones por las que Gary Cooper aceptó el personaje de Will Kane fue porque representaba lo que su padre, un juez de la corte suprema del estado de Montana, le había enseñado: que hacer cumplir la ley era trabajo de todos.

Solo ante el peligro ganó cuatro óscares, entre ellos el de mejor actor para Gary Cooper, de las siete nominaciones que tuvo. Además, obtuvo otras siete nominaciones para el Premio Globo de Oro, logrando cuatro galardones, incluido el premio al mejor actor en la categoría de drama. El Círculo de Críticos de Cine de Nueva York le otorgó el premio a la mejor película y al mejor director. Su derrota en la categoría de mejor película ante El mayor espectáculo del mundo (The Greatest Show on Earth, 1952), de Cecil B. DeMille, en la que partía como gran favorita junto a El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952), de John Ford (las dos películas estaban prácticamente empatadas en las casas de apuestas), suele considerarse como una de las mayores sorpresas en la historia de los Premios de la Academia. Como colofón, en los Premios Photoplay de 1953 Gary Cooper se alzó con el galardón a la estrella masculina más popular.

Durante un descanso en el rodaje de El árbol del ahorcado Gary Cooper aprovechó para visitar el set de Río Bravo y saludar a su gran amigo John Wayne

Tan grande fue el rechazo que les produjo a Howard Hawks y John Wayne el estreno de Solo ante el peligro, que ninguno de los dos durmió tranquilo hasta que tuvieron la ocasión de poder materializar su tremendo desprecio a este filme en algún proyecto. La respuesta al filme de Fred Zinneman fue Río Bravo (Rio Bravo, 1959), un wéstern que a diferencia de Solo ante el peligro conseguiría reflejar de manera evidente tres reglas básicas del viejo Oeste: un sheriff debe asumir riesgos, cumplir con su deber y abstenerse de pedir ayuda a sus conciudadanos.

En John T. Chance, el sheriff de Río Bravo puedes encontrar lo que esperas en cualquier personaje interpretado por John Wayne: fuerza, rigor, firmeza, integridad, virilidad, valor, orgullo… El Duque no suele defraudar casi nunca y en esta película realizó una de sus mejores interpretaciones. Es un auténtico placer contemplar su expresión, escuchar su tono de voz, observar como utiliza su corpulencia para imponer respeto. En definitiva, disfrutar de una obra maestra y un wéstern muy superior al interpretado por Gary Cooper. 

Mogambo, pasión en África 

Durante el rodaje de Mogambo Grace Kelly se enamoró locamente de Clark Gable, con el que tuvo un romance que duró varios meses

Al igual que su personaje, Linda Nordley, una mujer de clase alta que llega a la jungla africana junto a su marido, un joven antropólogo, para hacer un documental, Grace Kelly se enamoró locamente de Clark Gable durante el rodaje de Mogambo (1953), de John Ford. Durante el rodaje los dos actores comenzaron un romance que duró varios meses. El Rey tenía más de cincuenta años y la futura princesa consorte de Mónaco tan solo veintitrés. Cuando el rodaje terminó dejaron de verse durante un tiempo, pero retomaron la relación mientras la musa de Alfred Hitchcock se preparaba para interpretar a Georgie, la esposa de un actor de teatro alcohólico, en La angustia de vivir (The Country Girl, 1954, de George Seaton. A los pocos días, Gable se olvidó completamente de ella. Grace se llevó un varapalo del que le costó mucho tiempo recuperarse. Más tarde se consoló en los brazos del atractivo actor francés, 20 años mayor que ella, Jean-Pierre Aumont, con quien hizo para la televisión The Way of an Eagle.  Otras fuentes aseguran que Gable, que ya sufría halitosis por aquella época, iba detrás de Ava Gardner. Tras los rechazos del animal más bello del mundo, que en aquel momento estaba todavía casada con Frank Sinatra, se consoló con Kelly. Según algunos, la relación entre el Rey de Hollywood y la joven estrella fue solamente platónica o incluso paternal.

Grace Kelly estaba entusiasmada con su participación en Mogambo: le encantaba África, trabajar con un director tan prestigioso como John Ford era lo máximo en la profesión, se hizo amiga íntima de Ava Gardner y perdió los vientos por un maduro Clark Gable, muy lejos de sus años de mayor esplendor. Grace estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para trabajar con él. Por desgracia firmó un contrato de siete años de duración. Algo que más tarde lamentaría.

Grace Kelly durmiendo la siesta durante un descanso en el rodaje de Mogambo

En África, Grace Kelly daba la impresión de encontrarse en una maravilloso set con aire acondicionado. Incluso aprendió unas frases en swahili para poder dirigirse a los nativos. El rodaje de esta película supuso una de sus mejores experiencias profesionales.

A pesar de ser una de las películas más taquilleras del gran maestro John Ford y una de las grandes obras maestras del cine de aventuras, Mogambo siempre ha dividido a sus seguidores. A Pappy no le gustaba la historia y aceptó el encargo de dirigirla porque era una oportunidad única de viajar a África y rodar en Kenia, Uganda y Tanzania. Su única petición fue contar con su amada Maureen O’Hara (el cineasta del parche en el ojo estaba completamente enamorado de la irlandesa pelirroja), pero la Metro-Goldwyn-Mayer no dio su brazo a torcer y se mostró inflexible: el papel de Eloyse Kelly sería para Ava Gardner. Pappy entró en cólera y durante varios días trató a la actriz de manera cruel. Aunque Clark Gable (gran amigo de Ava) salió en su defensa, el animal más bello del mundo sabía valerse por sí misma. «Soy tan irlandesa y tan cabrona como usted y no pienso soportar esta situación», le dijo al veterano director. «Si no me quiere aquí, no tiene más que decírmelo». Con el paso de los días, entre el director y la actriz surgió una amistad eterna, aunque nunca más volvieron a trabajar juntos. 

John Ford quería a Gene Tierney para el papel de Linda Nordley, pero la sustutuyó por Grace Kelly cuando la considerada mujer más bella del mundo enfermó

Grace Kelly reemplazó a Gene Tierney, ya que la considerada como mujer más bella del mundo por el fundador de la 20th Century Fox, Darryl F. Zanuck, tuvo que abandonar debido a problemas de salud. Sus numerosos problemas mentales acabaron con una prometedora carrera profesional.

Mogambo era una nueva versión de Tierra de pasión (Red Dust), de Victor Fleming, un filme ambientado en Indochina que Clark Gable había protagonizado en 1932 al lado de la exuberante Jean Harlow, basado a su vez, en una obra teatral. En un primer momento el remake iba a estar protagonizado por Stewart Granger estaba tan enamorado de su esposa, la actriz Jean Simmons, que no quería pasar mucho tiempo separado de ella. El papel cayó nuevamente en manos de Clark Gable cuando el actor no pasaba por sus mejores momentos profesionales. 

En pleno rodaje Ava Gardner descubrió que estaba embarazada de Frank Sinatra y pidió permiso a John Ford para viajar a Londres durante una semana y así poder abortar. A la prensa se le dijo que tenía disentería.

El rodaje en África fue especialmente duro, con temperaturas de más de 45 grados, pero eso apenas se nota en una película que transmite y derrocha exotismo, aventura, humor y mucha tensión sexual. Quizá no tanta como la que consiguieron darle los censores españoles cuando se estrenó en nuestro país en octubre de 1954. No les pareció correcto que hubiera una historia de amor entre una mujer casada y el guía del safari al que da vida Clark Gable y, alterando algunos diálogos en el doblaje, trataron de hacer ver que los personajes de Linda Nordley (Grace Kelly) y Donald Nordley (Donald Sinden) no eran marido y mujer, sino hermanos. El resultado fue aún peor porque quizás esquivaron un adulterio, pero insinuaban claramente un incesto. «¿Qué hacen estos dos hermanos compartiendo la misma cama de una habitación?», se preguntaban muchos espectadores.

Ava Gardner y Grace Kelly se hicieron grandes amigas durante el rodaje de Mogambo

Mogambo fue un filme fundamental en la carrera profesional de Grace Kelly. Además de proporcionarle nuevos amigos, alcanzó el estrellato de la noche a la mañana. Gracias a esta película consiguió su primera nominación al Premio Óscar. «Si me lo dan me moriré porque no me lo merezco», llegó a decir Grace después de anunciarse las nominaciones. Tanto Ava Gardner como Grace Kelly fueron candidatas al Óscar en 1954. La primera como mejor actriz principal; la segunda como mejor actriz de reparto. Pero ninguna de las dos ganó el premio. Con el paso del tiempo, el verdadero galardón es poder verlas recorriendo fascinantes y hermosos parajes africanos, y disputándose el amor de un apuesto cazador en una de esas pequeñas grandes películas que ha dado la historia del cine. Grace se tuvo que conformar con el Premio Globo de Oro a la mejor actriz de reparto, ya que Donna Reed la derrotó por su papel de Alma, una empleada de un club, en De aquí a la eternidad (From Here to Eternity, 1953), de Fred Zinnemann. 

Después de Mogambo, Grace Kelly se convirtió en una de las principales musas del director de cine Alfred Hitchcok, protagonizando algunos de sus clásicos: Crimen perfecto (Dial M for Murder, 1954), La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) y Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief, 1955).

Alfred Hitchcock, el enemigo de las rubias 

Alfred Hitchcock encontró en Grace Kelly los ingredientes perfectos para moldear a su nueva heroína: frialdad y sensualidad

Conocido por ser el mago del suspense, Alfred Hitchock tenía fama de prepotente y misógino. Le encantaba ser adorado y convertirse en el centro de atención en todas las conversaciones. En cuanto a las mujeres, el cineasta británico sentía predilección por las «nórdicas» –como él las llamaba– porque las consideraba misteriosas y frívolas; eran más fáciles de fotografiar en blanco y negro y de resaltar su elegancia y frialdad. Hitchcock tenía muy claro que sus protagonistas tenían que ser rubias y sino les teñiría el pelo, como lo tuvieron que hacer Madeleine Carroll, Joan Fontaine o Ingrid Bergman. Sus filmes se caracterizan por desvanecer la barrera que existe entre realidad y ficción.

Alfred Hitchcock encontró en Grace Kelly los ingredientes perfectos para moldear a su nueva heroína: frialdad y sensualidad. Para Hitch, Grace Kelly representaba el tipo ideal de heroína: una mujer rubia, sofisticada, elegante, distante, de apariencia fría pero apasionada por dentro. El director la descubrió por los papeles que hizo en Solo ante el peligro y Mogambo. Con 23 años, la actriz rodó su primera película con Hitchcock, Crimen perfecto. Después protagonizó dos películas más: La ventana indiscreta y Atrapa a un ladrón. Hitchcock se enamoró perdidamente de Grace Kelly. Un amor platónico, puro e inalcanzable que le hacía recordar a la fantasía vivida años atrás con Ingrid Bergman.

Alfred Hitchcock cuidó y mimó a Grace Kelly a su antojo, incluso le controlaba su vestuario

Alfred Hitchcock cuidó y mimó a su nueva musa a su antojo. Incluso, tuvo claro los trajes que luciría Kelly en la película antes de rodarla. Según Edith Head, diseñadora de vestuario, «en el guión definitivo aparecían detalladamente todos los vestidos. Había una razón detrás de cada color y de cada estilo que llevaba Grace, y Hitchcock estaba seguro de cada detalle. En una escena la veía de verde pálido; en otra, de chiflón blanco. La verdad era que estaba realizando su sueño en el estudio. Hitch quería que ella apareciera como una figura de porcelana de Dresde, como ligeramente intocable».

La actriz confesó que se sentía atosigada cuando se dio cuenta de hasta qué punto estaba enamorado de ella, aunque el sexo entre ellos siempre era indirecto. Tippi Hedren contó en sus memorias historias escabrosas del maestro del suspense y las actrices que trabajaron con él. Mientras rodaba una escena entre Gary Grant y Grace Kelly en Atrapa a un ladrón le dijo que tuvo una erección. Alfred Hitchcock era un voyeur  espiaba a Grace Kelly cuando mantenía relaciones con otro hombre, El propio Hitchcock, al saber que Grace también mantenía relaciones con Frederick Know, guionista de Crimen perfecto, se atrevió a afirmar: »¡Esa Grace! ¡Se acuesta con todos!».

Alfred Hitchcock le confesó a François Truffaut que estaba obsesionado con las rubias

Alfred Hitchcock siempre estuvo obsesionado con las rubias, incluso se lo confesó al cineasta y crítico de cine François Truffaut: «¿Sabe por qué elijo actrices rubias y sofisticadas? Busco mujeres de mundo, auténticas damas que saben transformarse en prostitutas en el dormitorio».

Según cuentan varias biografías de Alfred Hitchcock, este convenció a Grace Kelly de hacer un acto de caridad hacia él: realizar un estriptis para que pudiera verla con un telescopio, desde la comodidad de su apartamento, a kilómetro y medio. Grace comenzó a quitarse las prendas una a una al ritmo de una canción, con movimientos sugerentes y sensuales que hicieron las delicias de su amigo y maestro.

Crimen perfecto, cómo matar a la propia esposa

Alfred Hitchcock dirigiendo a Grace Kelly en el set de Crimen perfecto, la primera película que rodaron juntos

Durante el rodaje de Crimen perfecto Grace Kelly comenzó un romance con Ray Milland, 24 años menor que ella y especialista en seducir a actrices jóvenes. Los rumores llegaron a oídos de la prensa y la reputación de Grace se vio en serios problemas. Muchos periodistas le pusieron de rompematrimonios, porque Milland llevaba más de 20 años casado con Murial Weber, una mujer muy querida en los mentideros de Hollywood. Aunque el asunto dio mucho que hablar, el padre de Grace tenía muchos contactos en la prensa y las aguas regresaron a su cauce.

Crimen perfecto es uno de los trabajos menos conocidos de Alfred Hitchcock. Sin embargo, el maestro inglés consigue, con apenas una habitación como escenario y unos pocos personajes, una película que sorprende e intriga al espectador hasta límites insospechados. La cinta es una auténtica lección de lo que debe ser la conducción rigurosa del tempo narrativo y el manejo del suspense, la intriga y la indecisión para que no pierda fuerza hasta prácticamente el final.

Durante el rodaje de Crimen perfecto Grace Kelly comenzó un romance con Ray Milland y su reputación se vio en serio peligro

Crimen perfecto está basada en una exitosa obra de teatro del escritor Frederick Knott quien, tal como él mismo afirmó en más de una ocasión, «odiaba escribir». El propio Knott escribió una trama sencilla para abordar asuntos complejos, que incluyen planear un crimen, los celos, la ambición, la infidelidad… Un guión milimétrico e inverosímil (en la descripción del crimen, investigación y reacciones de los protagonistas) a partes iguales, pero técnicamente perfecto, aunque excesivamente ambicioso, sin descripción de personajes más allá de lo estrictamente necesario para que avance la trama y hacernos pasar un buen rato.

Alfred Hitchcock también llegó a decir que se le estaban acabando las pilas. Al maestro del suspense cada vez le costaba más trabajo poner en marcha un proyecto. Estaba hastiado y desencantado de toda la parafernalia que rodeaba a su profesión. Incluso pensó seriamente en la retirada.

El filme fue rodado utilizando el sistema 3-D estereoscópico Natural Vision de Milton Lowell Gunzberg. Inicialmente se planteó estrenarlo en 3-D y 2-D, pero finalmente se optó por hacerlo solo en este último formato debido a la pérdida de popularidad del 3-D en el momento de su lanzamiento. 

La limitación de rodar en una sola habitación durante casi el 90 % del metraje supone, paradójicamente, su mayor baza. El talento de Alfred Hitchcock se impone contando una historia a base de pequeños detalles, gestos y objetos. Ver cómo la trama avanza a través de esos detalles es el aliciente fundamental de Crimen perfecto. Y es que la cinta te engancha pese a todas las lagunas que tiene el guion.

Crimen perfecto trata una de las grandes obsesiones del cineasta, el crimen indescifrable tras el que se oculta una inteligencia superior capaz de sembrar el desconcierto alrededor de los hechos, la confusión y la imposibilidad de identificar al autor y probar su responsabilidad.

El filme trata una de las grandes obsesiones del cineasta, el crimen indescifrable tras el que se oculta una inteligencia superior capaz de sembrar el desconcierto alrededor de los hechos, la confusión y la imposibilidad de identificar al autor y probar su responsabilidad. Se dice que el crimen es perfecto porque está tan bien planificado y rigurosamente ejecutado que no deja huellas y nadie puede descubrir al culpable.

Una hermosa Grace Kelly en una prueba de peinado y maquillaje para Crimen perfecto

Brilla sobre todo una Grace Kelly hermosísima, expresiva, delicada. En fin, un lujo para los ojos de los espectadores. No en vano Alfred Hitchcock bebía los vientos por ella. En la filmografía de Hitch, la mayoría de las protagonistas eran rubias porque creía que eran más misteriosas. Igual de inspirado está Ray Milland, su marido en el filme, que sabe expresar con acierto absoluto todo su cinismo, con encanto de serpiente, compendio elegante del mal que habita en algunas personas pertenecientes a la clase alta estadounidense.

En Crimen perfecto, Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer.

La ventana indiscreta, cada ventana tiene una historia que contar 

Grace Kelly en una fotografía publicitaria de La ventana indiscreta, la segunda película que rodó con Alfred Hitchcock

Solo el maestro del suspense era capaz de contar una historia y mantener el misterio sin moverse de una habitación y con un patio como único e intrigante paisaje. Todos estos elementos hacen de La ventana indiscreta una obra maestra de un poder narrativo sin igual, absolutamente imprescindible para todos los cinéfilos.

Un reportero fotográfico (James Stewart) se ve obligado, tras un accidente de trabajo, a permanecer en reposo con una pierna escayolada. A pesar de la compañía de su novia (Grace Kelly) y de su enfermera (Thelma Ritter), procura escapar del aburrimiento observando desde la ventana de su apartamento con unos prismáticos lo que ocurre en las viviendas de enfrente. Debido a una serie de extrañas circunstancias empieza a sospechar de un vecino cuya mujer ha desaparecido.

El director británico estaba tan entusiasmado con este proyecto que durante el rodaje de Crimen Perfecto no paraba de hablarle del mismo a Grace Kelly durante los descansos. Alfred Hitchcock estaba obsesionado con Grace y quería que lo protagonizara a cualquier precio. Nunca se había sentido tan cómodo al lado de una mujer y todas las películas que tenía pensado rodar en los años siguientes giraban en torno a ella.

De esta forma, Grace Kelly se puso por segunda y penúltima vez a las órdenes de este cineasta. Tengo que reconocer que en la breve carrera de la actriz estadounidense no hay una ocasión mejor que la presente para ser testigos de su gran belleza. La ventana indiscreta es, seguramente, la película donde la actriz sale más hermosa. Además, el filme es una lección impagable de lenguaje y narración cinematográfica, sobre todo teniendo en cuenta su manejo del punto de vista.

En La ventana Indiscreta Grace Kelly interpreta a Lisa Fremont es una modelo de alta costura, elegante, sofisticada y sensual, enamorada del fotógrafo profesional L. B. Jeff Jefferies (James Stewart) y deseosa de casarse con él

La película propone un juego tan divertido como complejo, lleno de detalles con mala intención, sobre el voyerismo que, según Alfred Hitchcock, todos tenemos dentro, mezclando dicho elemento con lo que supone ser un espectador, todo ello para construir un relato de suspense fascinante, que junto a la historia de amor central del filme, van enredándose hasta límites insospechados.

Lisa Fremont es una modelo de alta costura, elegante, sofisticada y sensual, enamorada del fotógrafo profesional L. B. Jeff Jefferies y deseosa de casarse con él. Para conseguir sus propósitos, intenta convencerle por todos los medios, recurriendo entre ellos a la seducción y tomando la iniciativa. En cambio, Jeff la rechaza volviendo su mirada al exterior. Lisa empieza a llamar la atención de Jeff cuando ella misma comienza a mirar al exterior. Sin embargo, hasta que no asume los deseos de Jeff e irrumpe en el escenario objeto de las miradas, no consigue atraer plenamente el interés de su novio hacia ella.

Alfred Hitchcock, Grace Kelly y James Stewart en el estreno mundial de La ventana indiscreta

Lisa se adapta a los deseos de Jeff para atraer su atención. Cuanto más se arriesga, más cerca está de su objetivo. Poniéndose la alianza de Anna Thorwald, la esposa del vecino que acapara toda la atención de Jeff, conseguirá un símbolo de su unión con su novio. En la escena final muestra su evolución: aparece vestida de un modo menos glamuroso, más informal, leyendo un libro de aventuras. Pero cuando se da cuenta de que Jeff se ha quedado dormido y no puede verla, Lisa cambia el libro por una revista de moda.

Todos los personajes femeninos de la película son el arquetipo femenino de lo que Lisa podría llegar a convertirse con el paso del tiempo: la solterona, la bailarina rodeada de admiradores, la enamorada apasionada, la esposa recriminatoria…

Aunque Grace Kelly se sintió atraída por James Stewart durante el rodaje de La ventana indiscreta la cosa no llegó a mayores porque la esposa de Jimmy era íntima amiga de la de Ray Milland

Grace Kelly se sintió atraída por James Stewart durante el rodaje y supo disimularlo bien. Entre otras cosas, porque la esposa de Stewart era íntima amiga de la de Ray Milland. Años después, al recordar las escenas románticas que Jimmy rodó con Grace, el actor reconoció el gran atractivo de ella: «Yo podía estar casado, pero no muerto».

Grace Kelly era una mujer que necesitaba ser amada, admirada y recibir consuelo constantemente en los brazos de un hombre. Según le contó Tony Curtis a Wendy Leigh, su biógrafa: «Ella era muy caliente».

Grace Kelly y James Stewart en el estreno de La ventana indiscreta, un éxito de crítica y público impresionante

A pesar de su increíble éxito de crítica y público, La ventana indiscreta solo obtuvo cuatro nominaciones a los Premios Óscar: mejor dirección, mejor guion (John Michael Hayes) mejor sonido (Loren L. Ryder y el departamento de sonido de los estudios Paramount Pictures) y mejor fotografía en color (Robert Burks). La ley del silencio (On the Waterfront), de Elia Kazan, arrasó en la 27.ª edición de estos galardones y La ventana indiscreta se fue de la gala con las manos vacías. Tuvo un presupuesto de un millón de dólares y llegó a recaudar la friolera 5.3 millones de dólares en la taquilla norteamericana.

Oleg Cassini, el esposo que no pudo ser 

Grace Kelly y Oleg Cassini fueron pareja hasta que la actriz estadounidense conoció a Raniero III de Mónaco durante el rodaje de Atrapa a un ladrón en 1955

En 1954, Grace Kelly conoció a Oleg Cassini, un conde y diseñador de moda francés de origen ruso, con el que comenzó un romance. El diseñador, que concibió muchas de las creaciones que la hicieron deslumbrar, siempre estuvo a la sombra de la actriz estadounidense. Edith Head, ganadora de ocho premios de la Academia al mejor vestuario, tanto en color como en blanco y negro, firmó los vestidos de Grace en Atrapa a un ladrón, pero jamás sintió envidia ni celos de su compañero de profesión al ver a la actriz vestida con sus creaciones fuera de la gran pantalla. Incluso se inspiró en el estilo de Cassini para presentar los bocetos de esta película. De Oleg era el vestido verde con el que Grace Kelly recogió el Óscar en 1955.

Oleg Cassini llegó a Estados Unidos en 1936 tras haber vivido en Italia (sus padres fueron obligados a salir de su país tras la Revolución de 1917). Su padre, ruso, era un diplomático emigrante arruinado; y su madre, italiana, una costurera estupenda hija de una saga de aristócratas. Oleg aprendió el oficio de su madre, aunque siempre con un objetivo bastante claro: embellecer a las mujeres y ofrecer su cara más bonita. Sus vestidos se alzaron como la quintaesencia del buen gusto de la mujer estadounidense.

Grace Kelly estaba en pleno rodaje de Atrapa a un ladrón cuando conoció al príncipe Raniero III de Mónaco y tras una cena de los más romántica se prometieron en secreto

Su vida siempre estuvo rodeada de romances, lujo y glamur, pero sobre todo de diseño e innovación. Sus romances con Betty Grable, Lana Turner o Úrsula Andress le hicieron ganar notoriedad. Hasta que Grace Kelly llegó a su vida. En aquel momento, Grace andaba viéndose con Jean-Pierre Aumont, pero Oleg quedó rendido a sus encantos después de verla en Mogambo. El diseñador de moda urdió un plan muy astuto: mandarle a su casa durante diez días docenas y docenas de rosas rojas. Los ramos llegaban sin firmar, solo incluían una tarjeta que decía: «El jardinero amigable». Pasados los diez días, Oleg salió del anonimato y la actriz, encantada, aceptó una cita. El primer encuentro no terminó todo lo bien que querían sus protagonistas. En cambio, en una segunda cita (en el marco de la Riviera francesa) Oleg le declaró su amor. Grace estaba en pleno rodaje de Atrapa a un ladrón y tras una cena de los más romántica se prometieron en secreto. 

La oposición de los padres de ella a esta relación no era tan secreta, más bien todo lo contrario. Para el padre de Grace Kelly aquel hombre no era más que un vulgar extranjero. Para la madre, su pasado lleno de amoríos y con dos matrimonios fallidos (uno de ellos con Gene Tierney) no era garantía de éxito. Al final la familia de Grace se salió con la suya y la actriz le llamó para contarle que estaba prometida con el príncipe Raniero III de Mónaco. Grace se quedó embarazada de Oleg y perdió el bebé que esperaba. ¿Un aborto fortuito o consentido? Eso es algo que, posiblemente, nunca sabremos.

La angustia de vivir, ¿miedo al fracaso o al éxito? 

William Holden, Grace Kelly y Bing Crosby en una estupenda fotografía publicitaria de La angustia de vivir

La angustia de vivir es una adaptación notable de la obra de teatro de Clifford Odets, que el propio George Seaton convirtió en guion cinematográfico. La historia comienza cuando el director de escena, un William Holden magnífico, en contra de los deseos de su productor, decide seleccionar para el papel principal de una importante obra a Frank Elgin, un Bing Crosby bastante creíble, gran cantante y actor, que tiene problemas serios con el alcohol. Su esposa es Georgie, una Grace Kelly, menos atractiva que en otras ocasiones, sin duda por el peso que su papel sostiene, en una interpretación muy brillante que fue unánimemente aclamada por la crítica. No siempre vemos a Grace Kelly apagada y hastiada, el flashback donde se muestra el hecho desgarrador que cambia la vida de la pareja, la muerte de su hijo, nos la presenta, aunque brevemente, esplendorosa. Jennifer Jones fue considerada para el papel principal femenino, pero en ese momento estaba embarazada. Paramount Pictures tomó prestada a Grace Kelly de Metro-Goldwyn-Mayer. Sin embargo, MGM se negó a cederla en un primer momento, hasta que Grace amenazó con abandonar el mundo de la interpretación si no la dejaban interpretar el papel.

Lo mejor del filme es la recreación del mundo de la interpretación y sus inseguridades (plazos, ensayos, miedo escénico…). Todo esto se une a la inseguridad de un hombre frágil, inestable e inseguro que esconde miedos interiores inexplorados, porque no sabe si podrá responder a la confianza que han depositado en él.

La columna vertebral de la película son el conflicto y las relaciones entre tres personajes, Bernie Dodd (William Holden), prestigioso director teatral; Frank Elgin (Bing Crosby), actor venido a menos y con problemas de alcohol y Georgie Elgin (Grace Kelly), la sufrida y abatida mujer del actor al que cuida con devoción. El papel de Georgie Elgin le había valido su primer premio Tony a Uta Hagen en la versión teatral representada en Broadway.

En La angustia de vivir una Grace Kelly menos atractiva que en otras ocasiones interpreta a Georgie, la esposa de Frank Elgin, un Bing Crosby bastante creíble, gran cantante y actor, que tiene problemas serios con el alcohol

Los escenarios tienen una presencia fundamental en la película, muy bien manejados por el director y con un simbolismo muy conseguido. En la primera escena donde Elgin debe mostrar sus habilidades en una prueba, deja patentes sus inseguridades entre bambalinas. Para Elgin su vida son los escenarios, pero oculta su verdadero ser esclavizado por la mentira.

La angustia de vivir es una de las grandes películas sobre el alcoholismo, menos impactante y brillante que grandes clásicos como Días sin huella (The Lost Weekend, 1945), de Billy Wilder, o Días de vino y rosas (Days of Wine and Roses, 1962), de Blake Edwards, pero que merece la pena ser tenida en cuenta.

La ironía la tenemos en que William Holden protagonizara una cinta sobre el alcoholismo y sus problemas cuando él mismo era un alcohólico. De hecho el alcohol fue la causa de su muerte al tener un absurdo accidente doméstico estando borracho. El actor estadounidense no asumió las enseñanzas de esta obra. Holden fue un seductor simpático, divertido y encantador, aspectos que todos los cinéfilos disfrutamos en la gran pantalla. Lástima que trágico desenlace acabara prematuramente con su vida.

Bing Crosby acababa de enviudar de Dixie Lee y era 26 años mayor que Grace Kelly. Por fin Grace podría tener un romance con un actor sin necesidad de ocultarse Se hizo ilusiones con ser la nueva señora Crosby. Finalmente, el actor prefirió casarse con una actriz llamada Kathryn con la que mantenía una relación desde hacía varios años. Otras fuentes aseguran que Crosby le propuso matrimonio a Grace al terminar de rodar la película, pero ella lo rechazó. Dos años después volverían a coincidir en Alta sociedad (High Society, 1956), donde sus personajes se divorcian al comienzo del filme y luego se casan por segunda vez al final. Durante el rodaje, Grace logró tener, que se sepa, aventuras sentimentales con hasta cuatro hombres: Bing Crosby, Clark Gable, William Holden y David Niven.

Y el Óscar es para…

Grace Kelly y Marlon Brando posando con sus Premios Óscar que acababan de ganar por La angustia de vivir y La ley del silencio, respectivamente

En 1955 Grace Kelly ganó el Óscar a la mejor actriz por su brillante interpretación de Georgie, la mujer de un actor de teatro alcohólico, en La angustia de vivir. Este premio fue una gran sorpresa para los medios de comunicación, ya que la mayoría de ellos apostaban por la interpretación de Judy Garland en Ha nacido una estrella (A Star Is Born, 1954), de George Cukor. Incluso la NBC envió un equipo de televisión a la habitación del hospital donde Garland se recuperaba del nacimiento de su hijo con la intención de realizarle una entrevista en directo cuando le dieran la noticia de que había ganado el Óscar. Hubo solo seis votos de diferencia entre las dos actrices. Groucho Marx le envió a Garland un telegrama que decía que era «el mayor robo desde el edificio Brinks».

Merecido Premio Óscar para la futura princesa consorte de Mónaco, envejecida por exigencias de guión, que realiza su interpretación más madura, alejándose de los estereotipos edulcorados que solían endosarle otros directores, en una demostración incontestable de versatilidad y talento interpretativo.

William Holden fue el encargado de entregarle a Grace Kelly el Premio Óscar a la mejor actriz por La angustia de vivir

Su examante y ganador del Premio Óscar el año anterior por Traidor en el infierno (Stalag 17), de Billy Wilder, William Holden, fue el encargado de entregarle el galardón. La angustia de vivir también consiguió el Premio Óscar al mejor guion (George Seaton) imponiéndose contra todo pronóstico a películas tan importantes como El motín del Caine, Siete novias para siete hermanos, Sabrina y La ventana indiscreta. Sabrina (1954), de Billy Wilder, era la gran favorita para ganar este galardón porque había conseguido con anterioridad el Premio Globo de Oro y el premio WHA del Gremio de Escritores de América, EE. UU., a la mejor comedia estadounidense.

La angustia de vivir recibió otras cinco nominaciones a los premios de la Academia: mejor película (William Perlberg), mejor director, mejor actor (Bing Crosby), mejor fotografía en blanco y negro (John F. Warren) y mejor dirección de arte en blanco y negro (Hal Pereira, Roland Anderson, Sam Comer y Grace Gregory).

Grace Kelly posando con el Premio Óscar que acababa de ganar por La angustia de vivir en la 27.ª edición de los Premios Óscar (30 de marzo de 1955)

La 27.ª edición de los Premios Óscar se celebró el 30 de marzo de 1955 en el RKO Pantages Theatre de Hollywood. La película triunfadora de la noche, La ley del silencio (On the Waterfront), estaba producida por Sam Spiegel y dirigida por Elia Kazan. La cinta obtuvo ocho premios de doce nominaciones posibles, empatando de esa forma con otras dos películas, Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind, 1939) y De aquí a la eternidad (1953), aunque estas contaban cada una con trece nominaciones.

Además del Premio Óscar a la mejor interpretación, Grace Kelly ganó por su interpretación en La angustia de vivir otros premios prestigiosos como el Premio Globo de Oro a la mejor actriz en la categoría de drama, el  Laurel de Oro a la mejor interpretación dramática femenina, el Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York a la mejor actriz y el galardón que otorga la Junta Nacional de Revisión, EE. UU. a la mejor actriz.

Grace Kelly y su amiga Audrey Hepburn antes de comenzar la 28.ª edición de los Premios Óscar (21 de marzo de 1956)

La 28.ª edición de los Premios Óscar se celebró el 21 de marzo de 1956 en el RKO Pantages Theatre de Hollywood. Grace Kelly le entregó a Ernest Borgnine el Premio Óscar al mejor actor por Marty (1954), de Delbert Mann. Su gran amiga Audrey Hepburn fue la encargada de darle la estatuilla dorada a Harold Hecht, productor de Marty, la gran triunfadora de la gala con cuatro premios de ocho nominaciones.

Los puentes de Toko-Ri, una muestra sobria de la guerra de Corea 

William Holden y Grace Kelly en el set de Los puentes de Toko-Ri, la segunda y última película que rodaron juntos

William Holden, de 36 años y casado, y Grace Kelly tuvieron un breve romance en Los puentes de Toko-Ri (The Bridges at Toko-Ri, 1954), de Mark Robson, una película bélica con escenas de acción muy buenas y un montaje excelente. La relación no cuajó, pero fueron grandes amigos hasta la muerte de Holden.

La película se puede interpretar como un homenaje a los estadounidenses caídos en la guerra de Corea y consta de tres bloques claramente diferenciados. Si en el primero y tercero, es la acción lo que se impone y nos narran las aventuras de los pilotos de combate, el del medio resulta completamente de relleno, aunque cuente con la presencia de la hermosa Grace Kelly, que vuelve a interpretar un papel de mujer amante de su marido, madre de dos hijos y que sufre ante las aventuras de su esposo, al mismo tiempo que le admira.

En las secuencias bélicas es donde encontramos los mejores instantes de toda la película, aunque bien es cierto que el ataque final resulta bastante cutre y para nada responde a las expectativas creadas sobre todo viendo las escenas aéreas anteriores.

En los puentes de Toko-Ri la hermosa Grace Kelly vuelve a interpretar un papel de mujer amante de su marido (William Holden), madre de dos hijos y que sufre ante las aventuras de su esposo, al mismo tiempo que le admira.

La dirección del canadiense Mark Robson, que consigue emocionar a los espectadores en algunos tramos de la película, es brillante, aunque en otros la historia de los amigos militares resulta excesivamente convencional.

William Holden, que ese mismo año ganó el Premio Óscar al mejor actor contra todo pronóstico por Traidor en el infierno, interpreta correctamente a un teniente, piloto de un caza a reacción F9F Panther, destacando ante todo en las escenas donde sufre ataques de miedo. En cambio, en la relación con su mujer la historia hace aguas por la falta absoluta de química entre los dos actores.

Harry Brubaker (William Holden), un veterano piloto de la Segunda Guerra Mundial, es llamado de nuevo a filas para pilotar un bombardero en la guerra de Corea. Su misión será destruir en Corea del Norte unos puentes de gran valor estratégico.

Fuego verde, predecesor de Indiana Jones 

En Fuego verde Grace Kelly interpreta a Catherine Knowland, una mujer que se enamora de un aventurero, Rian X. Mitchell, interpretado por Stewart Granger

Fuego verde (Green Fire, 1954) es uno de los muchos films de aventuras que produjo la Metro Goldwyn Mayer en los años cincuenta, dirigido por Andrew Marton, antiguo colaborador de Ernst Lubitsch, que con anterioridad había dirigido la entretenida Las minas del rey Salomón (King Solomon’s Mines, 1950) junto a Compton Bennett. En esta ocasión adapta una novela de P. W. Rainier, que enfrenta a un aventurero, Rian X. Mitchell (Stewart Granger), afanado en buscar un yacimiento de esmeraldas en unas montañas de Colombia, y a una mujer, Catherine Knowland (Grace Kelly), empeñada en seguir la tradición familiar en el cultivo del café.

Una película sin pretensiones más allá del entretenimiento, donde subyacen las constantes habituales del cine de aventuras de los años 50, conflictos humanos, intereses personales (me recuerda en algunas ocasiones, salvando las distancias a El tesoro de Sierra Madre), la codicia, los bandidos, catástrofes naturales. Situaciones extremas donde sentimientos tan importantes como el amor y los paisajes naturales exóticos se dan la mano. El mérito principal lo tiene un director que consigue fusionar armoniosamente detalles y conjunto. De todas formas, lo mejor del filme es poder contemplar embelesado la belleza serena de Grace Kelly dos años antes de casarse con Rainiero de Mónaco, la música de Miklos Rózsa y la excelente fotografía en Metrocolor y Panavisión de Paul C. Vogel.

Aunque Grace Kelly y Stewart Granger desprenden una sensualidad enorme en Fuego verde, la película fue un fracaso de taquilla

Fuego Verde no tuvo éxito en el momento de su estreno debido a circunstancias completamente aleatorias o coyunturales, como suele ocurrir muchas veces con títulos que son excelentes o al menos lo suficientemente dignos para gozar del favor del público. La cinta tiene a una pareja de actores muy guapa y atractiva, que en los años cincuenta eran muy populares, aclamados y cotizados; tanto Stewart Granger, con sus sienes canosas como la rubia Grace Kelly, eran dos estrellas de cine con mucho tirón y atractivo. Y en esta película lo demuestran: hay varios besos entre Stewart y Grace de enorme sensualidad, tres de ellos son de él inclinándose sobre ella y mordiéndole gustosamente los labios. Uno de ella lanzándose sobre la boca de él con pasión femenina es inolvidable y todavía permanece en las retinas de los espectadores. 

Aunque ambos están radiantes (y eso que Grace Kelly aceptó intervenir en esta película a regañadientes), el fracaso de Fuego verde tuvo repercusiones muy negativas para Stewart Granger, ya que comenzó un declive evidente y nunca más cobró las cifras multimillonarias que solicitaba con anterioridad. No le pasó lo mismo a Grace Kelly, ahí estaba Alfred Hitchcock para acudir a su rescate. 

Atrapa a un ladrón, un alarde de buen gusto 

Alfred Hitchcock y Grace Kelly en el set de Atrapa a un ladrón, la última película que rodaron juntos

Atrapa a un ladrón está considerada injustamente una de las obras menores del maestro del suspense. Yo prefiero expresarlo de otra manera: no estás ante una obra maestra, pero sí ante una gran película. Además, aguanta muy bien el siempre implacable paso del tiempo, ganando en cada nuevo visionado. La química que desprenden los protagonistas (Cary Grant y Grace Kelly), la deliciosa fotografía de Robert Burks, los paisajes mediterráneos de la Riviera Francesa, la banda sonora de Lyn Murray y ese ambiente decadente que se destila la convierten en una obra imprescindible.

La decisión de Alfred Hitchcock de rodar un filme de estas características fue porque le dieron la oportunidad de filmar en la Riviera francesa y, por supuesto, contar con sus dos actores preferidos. Aunque esta vez el suspense es tratado de forma contraria a lo que normalmente nos tenía acostumbrados el cineasta británico. Si hasta entonces esta sensación era definida como algo que conocía el espectador y desconocía el personaje, aquí es todo lo contrario. Sin embargo, Atrapa a un ladrón deja en un segundo plano el caso criminal para centrarse con gran elegancia en la historia de amor que surge entre sus dos protagonistas.

En Atrapa a un ladrón Grace Kelly interpreta a la gélida y distante Frances Stevens, una heredera caprichosa que se enamora de John Robie El Gato (Cary Grant), un antiguo ladrón de joyas que ha abandonado su oficio

A pesar de que John Robie El Gato (Cary Grant) ha abandonado su oficio de ladrón de joyas se convierte en el principal sospechoso de una serie de robos de piedras preciosas en los más lujosos hoteles de la Riviera francesa. Así que no tendrá más remedio que demostrar su inocencia. Cuando conoce a una caprichosa heredera (Grace Kelly) ve la oportunidad de desenmascarar al misterioso ladrón utilizando como señuelo las fabulosas joyas de la madre de la joven.

La gélida y distante Frances Stevens es un papel que le va como anillo al dedo a Grace Kelly. Tras su aparente frialdad se esconde una carnalidad poderosa y potente. Las interpretaciones Cary Grant y Grace son convincentes, pese a la edad de este (tenía 50 años durante el rodaje). Aunque Grant quiso ponerse serio en algunas escenas, tiene unos gestos de picardía y gracia innatos, que lo hacen encantador. Por ejemplo, en el maravilloso duelo entre el cinismo encantador de Grant y la sofisticación de Grace en la escena del baile de disfraces. También me gustaría destacar a Jessie Royce Landis, quien borda el papel de madre rica con aire irónico, y Brigitte Auber, la niña convertida en mujer amiga del protagonista, que Alfred Hitchcock escogió tras verla en Bajo el cielo de París (Sous le ciel de Paris), de Julien Duvivier

Muchas de las escenas de Atrapa a un ladrón, la tercera y última colaboración de Alfred Hitchcock con Grace Kelly, se rodaron en la Riviera Francesa

Para la tercera y última colaboración de Alfred Hitchcock con Grace y la tercera de sus cuatro colaboraciones con Cary Grant, el director británico contó con un guion escrito por John Michael Hayes (La ventana indiscreta), que adaptó la novela To Catch A Thief (1952), de David F. Dodge, a propuesta de los directivos de Paramount Pictures. El interés de Hitch en la adaptación de la novela se originó, principalmente, hacia el retoque de algunos personajes secundarios y la tarea de mejorar unos diálogos ya de por sí brillantes.

Con esta película Alfred Hitchcock trasladó sus preferencias hacia la comedia romántica, combinando a la perfección comedia, romance, misterio, suspense y humor. Todo ello exaltado por unos diálogos que contienen innumerables ocurrencias, dobles sentidos y exageraciones, que el cineasta (con la complicidad de los actores) buscó con la naturalidad que le caracteriza, haciendo un uso acertado de la improvisación. Atrapa a un ladrón oculta un erotismo discreto, producto de la fascinante química que tienen las dos estrellas protagonistas, los divertidos diálogos mantenidos entre los mismos y la romántica culminación de su amor bajo unos fuegos artificiales, en la cual se pone de manifiesto, una vez más, el voyeurismo de su autor, a quien le encantaba contemplar momentos amorosos y pasionales de sus actores .

Grace Kelly durante un descanso en el rodaje de Atrapa a un ladrón, uno de sus mayores éxitos de taquilla

En el filme se dan cita muchas de las constantes principales del realizador: la protagonista joven y rubia, de aspecto glacial y distante; el falso culpable; el personaje corriente y de carácter humilde; los escenarios abiertos, y los vestidos elegantes y lujosos. Tampoco debemos olvidar la presencia de la amistad traicionada, ejemplarizada en los personajes de Robie y Bertrani. Las  escenas más memorables de Atrapa a un ladrón son el encuentro de noche ante los fuegos artificiales, la conversación junto a la tabla flotante, en la playa, entre el triángulo protagonista (a Cary Grant y Grace Kelly se les suma Brigitte Auber) y la excursión en coche de Frances y John, una escena homenajeada por Woody Allen en Annie Hall (1977).  

Atrapa a un ladrón ganó un Óscar a la mejor fotografía en color y tuvo dos candidaturas más: a la mejor dirección artística en color (Hal Pereira, Joseph McMillan Johnson, Samuel M. Comer y Arthur Krams) y al mejor vestuario en color (Edith Head). Costó 2 millones y medio de dólares y recaudó 8 750 000 dólares. También es la primera de las cinco películas que el mago del suspense rodó en Vistavisión.

La amistad entre Grace Kelly y Cary Grant

Cary Grant y Grace Kelly formaron una de las mejores parejas cinematográficas de toda la historia del cine en Atrapa a un ladrón

Según la RAE, «atraer» significa «acercar y retener otro externo a sí mismo o absorberlo dentro de sí».  La atracción se convierte entonces en una fuerza mayor que tiende a unir, voluntariamente o a la fuerza, dos cuerpos. Las relaciones peligrosas son una constante en la mayoría de las películas de Alfred Hitchcock, títulos que también ejemplifican las locuras y obsesiones que una atracción puede acarrear.

Fue Alfred Hitchcock quien explicó uno de los misterios de la atracción fatal: «Una escena de amor debe filmarse como un crimen. Y un crimen debe filmarse como una escena de amor». Esa relación desconcertante entre el sacrificio amoroso, la pasión y la desorientación criminal está muy presente en sus trabajos con Grace Kelly. Las relaciones entre Cary Grant y Grace en Atrapa a un ladrón tienen esa misma ambigüedad inquietante. Y la belleza en apariencia fría habla de su condición de ser frágil perdido en un mundo implacable, como ocurre en Mogambo, donde Ava Gardner eclipsa hasta al mismísimo Clark Gable, encarnando la turbulencia de las pasiones, dejando a un lado a una Grace Kelly en plan heroína cuya pasión está cerca del sacrificio.

Grace Kelly y Cary Grant rodando una de las escenas más complejas de Atrapa a un ladrón

Se rumorea que Grace Kelly tuvo una aventura sentimental con Cary Grant, su coprotagonista en Atrapa a un ladrón. Parece ser que este supuesto romance duró varios años, inclusive mientras Grace estaba casada con el príncipe Rainiero III. En realidad esta relación nunca se ha confirmado por ninguno de sus biógrafos. De todas formas, Grace se erige en la protagonista favorita de Grant, ya que la química entre ambos es evidente. Y los dos actores fueron amigos durante toda la vida.

Grace Kelly hizo ganar muchos millones a los estudios y llegó a convertirse en una de las actrices mejor pagadas del planeta. A pesar de este dato, en Atrapa a un ladrón ganó menos de un tercio del sueldo de Cary Grant.

Un príncipe llega a su vida 

Grace Kelly, uno de los grandes iconos en el mundo de la moda, tanto fuera como dentro del cine, y su marido, el príncipe Raniero III de Mónaco en una fantástica fotografía publicitaria

Además de ser una actriz fantástica, una belleza que rompe moldes y la princesa que casi todas las mujeres querían ser en los años 50, Grace Kelly es uno de los grandes iconos en el mundo de la moda, tanto fuera como dentro del cine. Cuando era una de las actrices más solicitadas de Hollywood su vida dio un giro radical. En 1955, la joven intérprete se había trasladado a Mónaco para rodar junto a Cary Grant y Alfred Hitchcock Atrapa a un ladrón. En el pequeño principado, su príncipe quedó prendado de Grace. Raniero III de Mónaco comenzó a acercarse discretamente a la joven actriz hasta que consiguió su objetivo, llevarla al altar.

El príncipe tenía unas ganas enormes de conocer a la actriz estadounidense y se presentó en el hotel donde se alojaba. Nada más verla se enamoró locamente de ella e hizo todo lo posible para conquistarla. Grace Kelly accedió a hacerse una fotografía promocional con Rainiero III. Después, él le invitó a dar un paseo por el zoológico y dice la leyenda que entre felinos y aves surgió el flechazo. Raniero era el mandamás de un principado de 2 km cuadrados y 20 000 habitantes y tenía 139 títulos nobiliarios.

Grace Kelly y Raniero III en la fiesta donde anunciaron su compromiso, celebrada por todo lo alto en el Hotel Astoria de Nueva York

Grace Kelly tuvo que volver a los Estados Unidos para rodar El cisne (The Swan, 1956), de Charles Walters, junto a Alec Guinness, pero él la visitaba cada vez que podía y se escribían de manera constante. En diciembre de ese año, Rainiero viajó a los Estados Unidos para conocer a la familia de Grace y pedirles su mano. Nueve meses después de ese primer encuentro, Grace y Raniero anunciaron su compromiso en Nueva York y celebraron una fiesta por todo lo alto en el hotel Astoria.

Bajo el aspecto tímido y recatado de Grace Kelly se ocultaba una joven muy enamoradiza que vivió apasionados romances

Grace Kelly abandonó su prometedora carrera de actriz por el amor de un príncipe. Su boda con Rainiero III de Mónaco se convirtió en el enlace del siglo, fue portada de revistas del corazón de todo el mundo y dio un impulso espectacular a la imagen y el turismo, y por ende a la economía, del pequeño principado. Pero lo que empezó como un cuento de hadas terminó en una tragedia. Grace Kelly falleció tras sufrir un accidente de coche en el que viajaba con su hija pequeña, Estefanía. Mónaco perdió a su princesa, como Hollywood la había perdido años antes. El accidente de la muerte de la actriz tuvo lugar en el mismo sitio donde se grabó una escena de Atrapa a un ladrón con Cary Grant. 

El cisne, romanticismo en grandes dosis 

Grace Kelly y Alec Ginnesss en una bonita fotografía publicitaria de El cisne, la penúltima película que rodó la futura princesa consorte de Mónaco

El cisne es un melodrama de ambientes lujosos bastante cuidado y muy refinado. Una encantadora y, por desgracia, desconocida película. Rodada poco antes de que Gracie Bird hiciera su sueño realidad y se convirtiera en la princesa consorte de Mónaco, trata sobre romance imposible, una realidad dura. Unas gotas de comedia por acá, grandes dosis de sensibilidad por allá y buenas porciones de inocencia y romanticismo puro, de ese que nunca cruza la delgada línea de lo cursi como solía ocurrir en muchas producciones de aquella época. 

En El cisne la bella Grace Kelly interpreta a la princesa Alejandra, obligada a un matrimonio de conveniencia en pos del trono con un primo lejano, el príncipe Albert (Alec Guinness en su primera película estadounidense). Pero nuestra protagonista está enamorada del guapo maestro de esgrima (Louis Jourdan). Para acentuar la pureza, inocencia y belleza de Grace, todo su vestuario es de color blanco.

El reparto, la ambientación, el vestuario, todo cuidado hasta el más mínimo detalle. No se le puede poner ninguna pega a la película.

Durante el rodaje de El cisne Grace Kelly tuvo que aprender algunos lances de esgrima para no tener que ser sustituida por una doble

Grace Kelly aprendió unos lances de esgrima para rodar algunas secuencias del filme y se negó a ser sustituida por una doble. fue la segunda vez en dos años que Jessie Royce Landis interpretó a la madre de Grace Kelly. El primero fue en Para atrapar a un ladrónEn esta película, la princesa Alexandra (Grace Kelly) es cortejada por el príncipe Alberto. Kelly luego nombró a su hijo Príncipe Alberto de Mónaco. A Rex Harrison y Joseph Cotten se les ofreció el papel del Príncipe Alberto.

El cisne fue, además de un regalo que Hollywood le quiso hacer a Grace Kelly, a punto de convertirse en Princesa de Mónaco, un modo de aprovechar el tirón popular de la que sería la boda del siglo. Teniendo en cuenta que se preocuparon de estrenarla el mismo día en que se produjo el enlace (18 de abril de 1956) está claro que sus intenciones eran más económicas que sentimentales.

Grace Kelly en una prueba de maquillaje y peluquería para El cisne

Hollywood coronó a su princesa, la vistió con trajes suntuosos de Helen Rose y alquiló una impresionante mansión de los millonarios Vanderbilt hecha a semejanza de un castillo francés, con la intención de darle lujo y esplendor a lo que debería haber sido su canto de cisne en el cine. Porque después le dio tiempo a rodar una película más antes de casarse con aquel príncipe no demasiado alto y con algunos kilos de más que solo la quería para darle lustre a un minúsculo país inmerso en una crisis económica tremenda. Raniero necesitaba a cualquier precio que el mundo mirase hacia Mónaco, y lo viera como un lugar donde se podía invertir y gastar todo lo que se quisiera. Y Grace Kelly era la solución al problema.

Helen Rose, quien diseñó la ropa para esta película, también fue responsable del vestido que Grace Kelly usó cuando se casó con el Príncipe Rainiero de Mónaco.

Alta sociedad, una refinada comedia clásica 

Alta sociedad fue la última película que Grace Kelly rodó antes de convertirse en la princesa consorte de Mónaco y volvió a encontrarse con Bing Crosby, su antiguo amante

Alta sociedad (High Society, 1956), de Charles Walters, es una estupenda comedia romántica, remake y adaptación musical de la célebre Historias de Filadelfia (1940), de George Cukor, basada a su vez en la obra teatral de Philip Barry. Metro-Goldwyn-Mayer no escatimó en gastos y contrató los servicios de Louis Armstrong y su orquesta. Frank Sinatra canta un par de canciones y encarna al periodista Mike Connor (papel que le dio un inesperado Premio Óscar a James Stewart en el filme de Cukor), que realiza el reportaje de la segunda boda de la caprichosa millonaria Tracy Lords, interpretada por una Grace Kelly glamurosa, pero sin el genio y el carácter que requiere el personaje que encarnó la gran Katherine Hepburn. Bing Crosby se mete en la piel de Dexter Haven, el primer marido de la insoportable Tracy, papel que un genial Cary Grant bordó en la cinta original.

Helen Rose, la diseñadora de vestuario más famosa en plantilla en la MGM de 1943 a 1969 y ganadora de dos Premios Óscar creó el vestido de novia que Grace Kelly utilizó en esta película, con escote corazón, flores bordadas y gran pamela. Está considerado como uno de los vestidos de novia más elegantes de la historia del cine. 

A pesar de que luce estupenda y elegante durante todo el filme, vemos a una Grace Kelly notoriamente más delgada, sin duda por el estrés prematrimonial con el Príncipe Rainiero III de Mónaco con quien ya estaba comprometida.

Helen Rose, la diseñadora de vestuario más famosa en plantilla en la MGM, fue la encargada del vestuario que Grace Kelly utilizó en Alta sociedad

Esta fue la última película de Grace Kelly antes de su retirada del cine para convertirse en la esposa de Rainiero III, príncipe de Mónaco. Asimismo se convirtió en una de las películas más esperadas aquel año, ya que se juntaba por primera vez a dos de los artistas más populares y taquilleros del momento, Bing Crosby y Frank Sinatra. Decía la Voz que quería trabajar en Alta sociedad porque le permitía cantar a dúo con su gran ídolo de la infancia, Bing Crosby. Aunque algunas fuentes afirman que los dos actores y cantantes mantuvieron una relación distante durante todo el rodaje. Elizabeth Taylor fue la primera opción para el papel de Samantha Lord. Al no estar disponible, lo acabó interpretando Grace Kelly.

Alta sociedad tuvo dos candidaturas a los Óscar: a la mejor orquestación de una película musical (Johnny Green y Saul Chaplin) y a la mejor canción (True Love, de Cole Porter). La canción llegó a tener tanto éxito que se llegaron a vender un millón de discos. Tanto Grace Kelly como Bing Crosby recibieron discos de platino por la canción. A pesar de los planes iniciales de doblarla, Grace Kelly cantó su propia (pequeña) parte de True Love

Grace Kelly usó su anillo de compromiso real para el anillo de compromiso de su personaje en Alta sociedad

En Alta sociedad Grace Kelly usó su anillo de compromiso real para el anillo de compromiso de su personaje: un anillo con un diamante central talla esmeralda de 10,48 quilates, que estaba flanqueado por otros dos diamantes baguette. La sortija no podía ser más exclusiva, pues pocos diamantes, solo aquellos libres de impurezas, permiten ser tallados al estilo esmeralda. La pieza en cuestión era obra de Cartier.  

High Society (1955), una comedia de Bowery Boys que se estrenó el año anterior, fue nominada por error a un Premio Óscar al mejor argumento en 1957, porque la Academia la confundió con esta película, que todavía estaba en las carteleras cuando se anunciaron las nominaciones de 1957. Cuando se descubrió el error, Edward Bernds y Elwood Ullman, los dos guionistas de la película de Bowery Boys, rechazaron amablemente la nominación.

Jean Simmons, Gregory Peck y Grace Kelly en la 13.ª edición de los premios Globo de Oro

Alta sociedad fue lanzada tres meses después del matrimonio de Grace Kelly con el príncipe Rainiero III. Supuso la última aparición en la gran pantalla de Grace porque acordaron que esta debería dejar su trabajo, aunque fuera su gran pasión, ya que no era compatible con sus funciones como princesa de Mónaco. Y no solo eso, también tuvo que pagar una dote de 2 millones de dólares para convertirse en la esposa de Rainiero III. Ese mismo año ganó el Premio Henrietta a la estrella femenina mundial favorita en la 13.ª edición de los premios Globo de Oro.

La sensual Elizabeth Taylor reemplazó a Grace Kelly en el papel principal femenino de Gigante

El papel de Leslie Benedict, la chica de la alta sociedad de Kentucky que se casa con Bick Benedict y se traslada al rancho texano de Reata, en Gigante (Giant, 1956), de George Stevens, le fue ofrecido a Grace Kelly, que lo rechazó porque ya estaba preparando la boda con Rainiero de Mónaco. Audrey Hepburn fue descartada por ser demasiado sofisticada y Marlene Dietrich por ser demasiado teutónica. Rock Hudson, que interpretaba a Bick Benedict, acabó recomendando a su gran amiga Elizabeth Taylor para el papel. La MGM cedió a su gran estrella a la Warner Bros por 175 000 dólares.

La boda del siglo XX 

El 19 de abril de 1956 Grace Kelly y Raniero III se dieron el sí quiero en una boda de cine

Antes de casarse con Rainero, Grace Kelly tuvo que someterse a un exhaustivo examen médico para demostrar que era fértil y podía engendrar un heredero al trono. La actriz pasó el análisis sin problema, pero los facultativos se dieron cuenta de un pequeño detalle… Grace no era virgen. Ella y su familia les mintieron diciéndoles que era debido a un accidente de equitación. El principado no puso ningún tipo de pegas y dio la mentira por buena.

El 1 de enero de 1956 el palacio hizo público el compromiso matrimonial fijando la fecha de la boda para el 19 de abril de ese mismo año. Todas las películas protagonizadas por Grace Kelly quedaron prohibidas en los cines de la capital monegasca. Fue una boda de cine, en todos los aspectos. Se casaba una famosa estrella de Hollywood y entre los invitados no podían faltar artistas y compañeros de profesión tan conocidos como Cary Grant, Frank Sinatra, Ava Gardner, David Niven, Gloria Swanson o Alfred Hitchcock. 

El vestido de novia de Grace Kelly, regalo de Metro-Golwyn-Mayer, fue diseñado por Helen Rose

Hasta el traje de novia, un regalo de la Metro-Goldwyn-Mayer, considerado el más bello que ha podido llevar ninguna mujer el día de su boda por muchos expertos en moda, fue confeccionado por la prestigiosa modista Helen Rose. Era un modelo de cuerpo ceñido, con cuello alto, realizado en encaje de puntilla rosa de Bruselas con 125 años de antigüedad, y falda globo en tafetán de seda. Costó 7266,68 dólares. Como complementos, llevaba un bouquet de lirios, una tiara de flores de azahar con brillantes y perlas donde sostenía los 90 metros de velo en tul de seda y un pequeño libro nupcial. Raniero lució un uniforme militar de inspiración napoleónica diseñado por él mismo.

Grace Kelly regaló su vestido al Philadelphia Museum of Art. Durante muchos años fue su pieza más famosa. En la actualidad ya no está en exposición. El museo también conserva el traje de una dama de honor, de una de las pajes, el devocionario, la tiara y los zapatos de la princesa.

Sin embargo, ni una familia real, salvo Faruk, el ex rey de Egipto, estuvo presente aquel día en Montecarlo. Las monarquías de entonces, no aceptaban, que uno de los suyos, aunque fuera soberano de un país tan pequeño y poco importante, se casara con una estrella de cine. Aunque lo hiciera con Grace Kelly, que incluso había ganado un Óscar en 1955. Aquella ausencia le causó muchísimo dolor y decepción, tanto a Rainiero como a Grace. No se lo podían creer ni encontraron explicación alguna a semejantes desplantes. Desde ese mismo momento, Grace intentó ser la soberana más admirada de todas las monarquías para demostrar que era una gran dama y darles en toda la cara a aquellos que habían boicoteado su boda.

Grace Kelly, convertida en princesa consorte de Mónaco, posando junto a su marido Raniero III para la prensa

El 18 de abril de 1956 se celebró la boda civil por el código napoleónico de Mónaco en el salón del trono de palacio, ante 80 invitados. Ella lució un vestido de tafetán en rosa pálido con encaje crema, guantes y bonete, y, tras la ceremonia, que se ofició en francés, hicieron una recepción para que todos los monegascos le pudieran estrechar la mano a la princesa. Unos días antes, Grace Kelly había llegado por mar al principado a bordo de un yate que le había regalado Rainiero.

El 19 de abril de 1956, casi 700 invitados acudieron al enlace en la catedral de San Nicolás. Grace Kelly llevó seis damas de honor, entre las que se encontraba su hermana Peggy, todas ellas vestidas con trajes amarillos de organza con pamelas. Joseph Hong, de Neiman Marcus, diseñó los vestidos de las damas de honor, y Patricia Kidder los fabricó. El altar se decoró con lilas, hortensias, lirios y dragonarias. El ramo de novia de Grace era de lirio de los valles. Grace dejó el ramo en el altar de la capilla de St. Devote después de la boda.

El obispo de Mónaco, Monseñor Gilles Barthe, fue el encargado de oficiar la ceremonia, mientras los barcos de la Armada norteamericana anunciaban con sus cañonazos que la gran estrella de Hollywood ya era princesa.

Fueron más de 30 millones de personas las que vieron la ceremonia por televisión, convirtiéndose así en el primer evento moderno en generar tanta expectación mediática. 

Durante la ceremonia sucedieron varias anécdotas que me gustaría destacar: el paje de seis años que las llevaba las dejó caer de la almohadilla de terciopelo que tenía a su cargo. Después, Raniero III no pudo introducir el anillo en el dedo de su esposa, por lo que Grace Kelly tuvo que hacerlo ella misma.

El 18 de abril de 1956, el pequeño Principado de Mónaco se vestía de fiesta para celebrar la boda de Rainiero III con la estrella hollywoodiense Grace Kelly

El príncipe encargó a la casa Creed la creación de un perfume exclusivo para que Grace Kelly lo utilizara en el día de la boda. Se llama Fleurissimo y no se puso a la venta hasta 1972.

Los regalos que se hicieron los novios aquel día van desde un collar de diamantes y rubíes y un Rolls Royce, hasta un león para el zoológico del príncipe y una pantalla cinemascope de dos proyectores. Además de juegos de plata y porcelana, joyas, muebles antiguos…

Su viaje de novios lo realizaron a bordo del Deo Juvante II, un regalo de Aristóteles Onasis. Pararon en Villefranche-sur-Mer, Córcega y España: en un hotel del cabo de Formentor (Mallorca) pasaron dos semanas. Los recién casados también pararon en Valencia, donde se dice que la princesa se sintió indispuesta y un médico le certificó que estaba embarazada. Aunque la historia oficial cuenta que fue durante la luna de miel donde se quedó embarazada.

Grace Kelly dejaba atrás una prometedora y exitosa carrera para, embriagada por el lujo y la ostentación, cegada por la riqueza, entrar a formar parte de una de las realezas europeas, aunque se encontraba en horas bajas desde la Segunda Guerra Mundial, cuando su madre, la princesa Carlota, renunció a los derechos al trono en su favor. El 9 de mayo de 1949, a la muerte de su abuelo, el príncipe Luis II, Raniero se convirtió en el príncipe de los monegascos, con tan sólo 26 años. Subió al trono el 19 de noviembre de 1949 y fue coronado en Montecarlo el 12 de abril de 1950. Raniero III transformó su pequeño Principado en un paraíso turístico, en una plaza financiera mundial a golpe de ventajas fiscales para grandes fortunas y empresas y en uno de los pilares del deporte automovilístico. En esos años, con el prestigio de los Grimaldi, el dinero de la familia Kelly y su lucroso Casino de Montecarlo, Raniero modernizó su Principado hasta convertirlo, en 1962, en un Estado con una monarquía constitucional y sentarlo en las Naciones Unidas, en 1993, como el país miembro 184. Posteriormente, el 5 de octubre de 1994, se adhirió al Consejo de Europa.

Grace Kelly y Raniero III posando junto a sus tres hijos: Carolina, Alberto y Estefanía

El matrimonio tuvo tres hijos: Carolina (1957), Alberto (1958) y Estefanía (1965). A pesar de ser la primogénita, Carolina no fue la princesa heredera. Alberto se convirtió en el heredero porque la ley establece que no puede haber una mujer en la línea de sucesión. 

Cuando Grace Kelly pudo ser Marnie, la ladrona 

Alfred Hitchcock quería a Grace Kelly para el papel femenino protagonista de Marnie, la ladrona y tuvo que conformarse con una actriz con la que ya no quería trabajar: Tippi Hedren

«Alteza, tiene una llamada telefónica desde América. Es el señor Alfred Hitchcock». Era la primavera de 1963, a media tarde, y la princesa Grace de Mónaco estaba sentada en su sofá favorito, color verde manzana, ojeando una revista ilustrada al lado de un ventanal de la sala de estar principal en el Palacio Grimaldi. Mientras, sus hijos Carolina y Alberto, de seis y cinco años de edad, juguetean en el suelo entretenidos con muñecas y cachivaches de construcción. Cuando Grace Kelly oye la voz de su secretaria personal comunicándole que la telefonea su querido amigo Alfred, siente un cosquilleo intenso en su interior y corre hacia el despacho contiguo en el que suele despachar a diario el correo y otros asuntos relacionados con el Principado. Levanta el auricular blanco que hay encima de la mesa de trabajo y saluda a su director favorito.

Después de las palabras de cortesía habituales («¿Qué tal?», «¿Cómo te va?», «¿Están los niños bien?»,«¿Tu mujer sigue como siempre?»). Hitchcock le dice visiblemente desesperado a la exactriz: «Te necesito, Grace, estoy preparando una película que se va a titular Marnie la ladrona (Marnie, 1964). Tienes que interpretarla. El papel está escrito y fabricado para ti. Trata de una mujer con trastornos psicológicos; es cleptómana. Y tu pareja en el rodaje va a ser un chico escocés de nombre Sean Connery; supongo que le conoces, se ha hecho famoso porque ha rodado un par de películas como James Bond». La conversación entre el director inglés y la princesa de Mónaco duró unos cuantos minutos más. Grace le pidió a Hitchcock unos días para responder a su oferta. Este le volvió a insistir en que su proyecto tenía que contar con su rubia favorita, con la había trabajado en tres películas durante los años 50.

Alfred Hitchcock y Sean Connery en el set de Marnie, la ladrona

Aquello no pudo ser, a pesar de los deseos de Grace Kelly de rodar esa película y abandonar durante unos meses el Principado. Y eso que contaba con el consentimiento de su marido, que en un principio vio con buenos ojos que su esposa regresara excepcionalmente a su antiguo trabajo como actriz de la mano de su admirado y respetado Alfred Hitchcock. Raniero III pensaba que el regreso al cine de su esposa redundaría todavía más en su labor de proyección de esplendor y glamur de su pequeño reino de casinos, tenis y automóviles de lujo. Pero la opinión pública monegasca montó en cólera cuando se enteró del proyecto. La sociedad y la prensa de Mónaco no podían concebir que su distinguida princesa interpretara a una mujer ladrona, desquiciada mentalmente, y encima que se besara y acostara con un actor tan joven, seductor y deseado como Sean Connery.

La opinión pública monegasca no quería que su distinguida princesa interpretara en Marnie, la ladrona a una cleptómana, una mujer desquiciada mentalmente, y que además se besara y acostara con un actor tan joven y seductor como Sean Connery.

Finalmente, Marnie la ladrona la interpretó otra rubia, Tippi Hedren, una bella y espléndida actriz que bordó su papel en Los pájaros (The Birds, 1963), aunque el maestro del suspense ya no quería trabajar con ella. Siempre nos quedará la duda de saber qué hubiera sido de esa película con la presencia de Grace Kelly, qué tratamiento actoral le hubiera imprimido la princesa a la embustera y ladrona compulsiva Margaret Marnie Edgar.

Rainiero de Mónaco quiso casarse con Marilyn Monroe antes de conocer a Grace Kelly

Rainiero III no estaba interesado en Grace Kelly, sino en Marilyn Monroe

La historia de amor entre Grace Kelly y Raniero III comenzó como una búsqueda incesante para conseguir una esposa «adecuada» y de renombre al príncipe heredero, quien estaba tremendamente preocupado por perder su trono al no estar casado ni tener descendencia a los 32 años. Debido a esto, los asesores de la corona monegasca comenzaron a idear un plan para que el príncipe se casara con una estrella de Hollywood para poder capitalizar toda la fama que acompañaría a ese matrimonio, dado que lo que necesitaba Mónaco era reactivar su comercio turístico tras las pérdidas descomunales sufridas por la Segunda Guerra Mundial. 

Los asesores del príncipe Raniero III le avisaron de que la imagen tan sugerente y erótica de Marilyn Monroe podría ser perjudicial para el Principado de Mónaco

Sin embargo, Rainiero no estaba interesado en Grace Kelly, sino en Marilyn Monroe, quien era la actriz más famosa de Hollywood en aquel momento. La idea fue descartada de inmediato por los asesores del príncipe, quienes le avisaron de que la imagen tan sugerente y erótica de Marilyn podría ser perjudicial para la realeza.

La princesa de los ojos tristes

El entorno frío y solitario del Principado de Mónaco terminó convirtiendo a Grace Kelly en la princesa de los ojos tristes

El matrimonio de Grace Kelly y el príncipe Rainiero III de Mónaco se convirtió, ante los ojos del mundo, en la materialización de una historia de amor de cuento de hadas, dado que una de las actrices más brillantes de la historia de Hollywood había dejado atrás su incipiente carrera cinematográfica para casarse con el príncipe de un pequeño país europeo. Sin embargo, tras este matrimonio idílico se escondían verdades crueles y despiadadas entre las que destacan las discusiones constantes, la enorme frustración que Grace Kelly sentía por no poder volver al mundo de la interpretación y los actos continuos de rebeldía de sus tres hijos. Todo esto dentro de un entorno frío y solitario que terminó convirtiéndola en la princesa de los ojos tristes.

«Cuando me casé con el príncipe Rainiero me casé con el hombre y no con lo que representaba o era. Me enamoré de él sin pensar en nada más», dijo Grace Kelly en una entrevista. Pero antes la princesa consorte de Mónaco tuvo que besar muchos sapos antes de encontrar a su príncipe azul (incluso se llegó a comentar que el esposo de Rita Hayworth, Ali Khan, le regaló un brazalete de oro y esmeraldas a cambio de sus favores). Cuando lo encontró resultó ser un solterón real que la enjauló sin ningún tipo de miramientos en un palacio de cristal hasta el día de su muerte. Las desavenencias no tardaron en llegar y con ellas las infidelidades. Grace engañó a Rainiero con el marido de su mejor amiga, la modelo Carolyn Reybold. Rainiero hizo lo mismo y nunca olvidó a Giselle Pascal, el gran amor de su vida.

La imagen de un Rainiero destrozado por la muerte de Grace Kelly hizo pensar al mundo entero en un matrimonio idílico. Nada más lejos de la realidad. El certificado de matrimonio no acabó con las conquistas de Grace. La actriz mantuvo una relación extramatrimonial con David Niven, uno de sus antiguos amantes, hasta el final de sus días. De hecho, es de dominio público una anécdota en la que Rainiero le preguntó al actor británico quién fue su mejor amante. Él, sin pensárselo dos veces, respondió: Grace. Aunque rectificó rápidamente y dio el nombre de otra actriz: Gracie Fields.

El final del cuento 

Grace Kelly fue la una de las mujeres más bellas, glamurosas y deseadas de su época incluso en su madurez

Eran las 10:30 horas del lunes 13 de septiembre de 1982. Grace Kelly viajaba con su hija Estefanía, que entonces tenía 17 años e iba a realizar unas prácticas de estilismo en la Maison Dior, en su viejo Rover 3500 de 1972. Según la versión oficial, el coche en el que viajaba la princesa, conducido por ella misma, cayó a un barranco de unos 40 metros en el tramo de Cap d’Ail a La Turbie, dio varias vueltas de campana y quedó volcado sobre el techo. Entre humo y estruendo cayó muy cerca de la finca de un agricultor llamado Sesto Leccio, quien cuidaba, parsimonioso, de su pequeño huerto donde cultivaba fresas, lirios y lavanda, muy cerca de la carretera que unía la residencia de verano de los príncipes de Mónaco con el Principado. La princesa consorte de Mónaco y su hija quedaron aprisionadas mientras el vehículo ardía. El labriego, asustado por el peligro de explosión del vehículo, apagó el incendio con el extintor de su camioneta.

Estefanía solo sufrió contusiones leves; su madre fracturas en el fémur derecho, la clavícula y las costillas. Su estado era grave. Y fue a peor durante la noche cuando sufrió una hemorragia cerebral severa que fue la que, en menos de 24 horas, acabó con su vida. La familia tuvo que tomar entonces la difícil decisión de desenchufarla y Grace Kelly murió aquella noche. Sus últimas palabras fueron «I’m sorry», dirigidas a su hija Estefanía. Su marido y sus tres hijos, Estefanía, Carolina y Alberto, rodeaban su cama. Eran las 22:30 horas del martes 14 de septiembre. Tenía solo 52 años. Su muerte conmocionó al mundo entero.

Muchas versiones y todo tipo de rumores han circulado en torno a las causas que rodearon su muerte: desde el exceso de velocidad hasta un desmayo leve mientras conducía, pasando por la manipulación de los frenos por la mafia.

Según los médicos, la princesa pudo sufrir un accidente vascular antes de perder el control del vehículo. De hecho, Grace Kelly llevaba llevaba varios meses sufriendo fuertes migrañas. Lo cierto es que nunca se realizó autopsia y la única verdad es que ni ella ni su hija llevaban puesto el cinturón de seguridad cuando el vehículo derrapó.

Sin embargo, la versión más extendida es que en realidad era Estefanía, que también sufrió lesiones cervicales muy serias y no tenía carné de conducir, quien iba al volante, algo que ella desmintió: «Yo no conducía, salí disparada por el lado del conductor. Mi madre se había quejado de una fuerte jaqueca y no sé si perdió el conocimiento o confundió el acelerador con el freno».

A veces un minuto de la vida, te cambia la vida en un minuto, lo supo y comprobó Grace Kelly aquel fatídico 13 de septiembre de 1982 cuando su coche cayó a un barranco de unos 40 metros en el tramo de Cap d’Ail a La Turbie

Grace Kelly fue amortajada con un velo blanco, su anillo de casada y un rosario regalo del Papa Juan XXIII. Cinco días después de fallecer, se celebró un multitudinario funeral en la catedral monegasca al que acudieron desde Fabiola de Bélgica, Farah Diba, Danielle Mitterrand, Nancy Reagan, primera dama estadounidense a Lady Di, y por parte española los condes de Barcelona, padres de Juan Carlos I. Tampoco faltaron compañeros y amigos de profesión de la princesa, como Gary Grant o Frank Sinatra. James Stewart dijo en el funeral: «La quería no porque fuera actriz, princesa o mi amiga, sino porque era una de las personas más entrañables que he conocido».

La princesa consorte de Mónaco fue enterrada dentro del mausoleo de la familia Grimaldi, en el interior de la Catedral de San Nicolás del Principado al que ella hizo brillar como nadie. Con su muerte se inició el declive del Principado, que sin la mediática Grace dejó de atraer famosos y miembros de la jet set internacional. La princesa consorte era la artífice de eventos tan importantes como El Baile de la Rosa o la Gala de la Cruz Roja. Sin su presencia el Principado de Mónaco se convirtió en un balneario de lujo para millonarios anónimos.

El canto del cisne

Grace Kelly fotografiada por Lisa Larsen para la revista Life en su camino a Mónaco en 1956

Según algunos de sus biógrafos, durante sus últimos años de vida Grace Kelly se entregó a la bebida, echándose en los brazos de jóvenes que le hacían olvidar su menopausia y sentirse de nuevo bella y deseada. Llevaba fatal cumplir años y pensaba que la vida pasaba demasiado rápido. Nunca tuvo la serenidad que da el paso del tiempo en nuestros cuerpos y manera de pensar.

Dejó su carrera cinematográfica a los 26 años para ocupar un lugar decorativo en una corte decadente, donde se convirtió en presa de la soledad, el alcohol y, en busca de un poco de consuelo y comprensión, de sus llamadas recurrentes a sus amigos Cary Grant y Frank Sinatra.

Sus miserias no tardaron en ser del dominio público. Un amigo de la familia, Dan Richardson, recordó que una noche de 1979 fueron a una fiesta y la princesa se pasó de copas, lucía despeinada y con el maquillaje corrido. A pesar de encontrarse en un evidente estado de embriaguez insistió en ser ella sola quien conduciría el automóvil de regreso al palacio.

Pero para todos aquellos que amamos el cine, Grace Kelly siempre permanecerá en nuestra memoria como la belleza gélida exaltada por Alfred Hitchcock, una presencia femenina inigualable, un bello cisne imposible de olvidar. Esa rubia de belleza implacable, paradigma de la elegancia  y corazón intocable jamás dejó indiferente a ningún amante del séptimo arte.

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3 comentarios

  1. Estupendo artículo.
    Con su estilo cuidado y elegante al que nos tiene acostumbrados el autor, combina datos rigurosos de la historia del cine con atrapantes detalles sobre los entretelones de cada uno de los filmes que protagonizó esta emblemática y bella actriz de Hollywood devenida en princesa en la realidad.
    Coronan este imperdible artículo las maravillosas fotografías que acercan a nuestra memoria no sólo a la bellísima Grace, sino a sus compañeros en cada filmación y a sus magistrales directores.
    Con cada artículo de Juanma de la Poza disfruto de una lectura exquisita y sigo aprendiendo sobre el buen cine.

    1. Muchísimas gracias por las palabras tan bonitas que me acabas de dedicar. Sé que eres una gran admiradora de Liza Minnelli. Teniendo a esos dos monstruos del mundo del espectáculo como padres era normal que Liza saliera artista. Lo llevaba en la sangre. Me alegro enormemente de que te haya gustado tanto mi humilde artículo. Un beso muy fuerte, querida amiga Adriana.

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